Se declara un pintor autodidacta y empírico. Esa cercanía experimental con el arte le permite jugar con materiales como el chocolate, la Nutella, la Harina P.A.N. y la salsa picante, para llevar a cabo retratos de personajes destacados en el mundo de la política, el deporte y el espectáculo.
Este santandereano de 40 años ha radicado en Bogotá la mitad de su vida, lugar donde encontró un asidero común para desarrollarse como profesional en el diseño gráfico y su verdadera vocación: las artes plásticas.
Asegura que desde pequeño tuvo esa inquietud por la pintura. “Soy diseñador gráfico, pero llegué ahí impulsado más por el arte. Era una carrera más segura, pues lo que decían los papás era que con el arte uno se podía morir de hambre y no le tenían mucha confianza a vivir de algo no considerado, en su momento, como una profesión”, explicó.
“De joven empecé a hacer cosas con lo que caía en mis manos: chicles, plastilina. Siempre tuve como esa obsesión de transformar los materiales en algo plástico, en una figura, en un elemento”, agregó.
Su obra denominada “Retratos Servidos”, lanzada en el 2016, cuenta con matices de crítica y conciencia social. Según el autor, busca una reflexión directa. “Lo interesante es que la gente no necesita tener una tesis debajo del retrato para saber de qué trata. Hemos hecho retratos para exponer o censurar temas políticos y sociales, pero en algunos casos lo hemos hecho para enaltecer una labor”, destacó.
En esa misma línea, Cifuentes realizó un retrato de Gabriel García Márquez con café, ingrediente que se caracteriza como el principal producto de exportación colombiano. “También hice uno de Andy Warhol con salsa Campbell’s, incluso uno de Michael Jackson con chocolate blanco, haciendo referencia a sus orígenes y el cambio de color de piel”, señaló.
A la lista se suman personajes como los ciclistas Nairo Quintana y Rigoberto Urán, los políticos Nicolás Maduro, Donald Trump y Juan Manuel Santos, y hasta el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger.
Para Cifuentes, la búsqueda del material con el que se va a pintar es de suma importancia, ya que agrega contenido al retrato final. Es por eso que en su proceso creativo siempre busca la correlación entre el personaje y el ingrediente.
Además, describe su obra como un arte efímero: “Para mí lo valioso es el registro mas no la obra, yo lo hago casi que inconscientemente; pero, por ejemplo, cuando le entrego a la señora que me ayuda con la limpieza, le da como cierta pena tener que lavar los platos”, destacó entre risas.
De momento, este inquieto artista se enfoca en la pintura, dejó de lado el retrato con ingredientes comestibles. Sin embargo, espera con ansias su próximo paso: “hacer escultura con alimentos”.