A las 3:22 p. m. del 19 de enero de 2011, 45 días después de las elecciones municipales del 2010, el hoy candidato a diputado del PIN, Wálter Muñoz, llegó a la sucursal del BCR en el Mall San Pedro a depositar ¢5 millones a la cuenta de su partido. Antes de ello, la cuenta bancaria del PIN solo tenía ¢85.000.
Ese era el último día para justificar gastos de campaña, a fin de cobrárselos al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Después del primer depósito, frente al mismo cajero, Muñoz cambió un cheque de ¢2,2 millones emitido por el PIN a nombre de un productor radial, mientras que otro proveedor cambió, ahí mismo, otro cheque por ¢3,7 millones.
Minutos más tarde, en la misma sucursal bancaria, Muñoz hizo dos depósitos en la cuenta del PIN exactamente con esos mismos montos.
La cuenta volvió a quedar con un saldo de ¢5.085.000.
Dos horas más tarde, a las 5:52 p. m., el entonces vicepresidente del PIN, Alejandro Hirsch (conocido como Alejandro Sáenz), se presentó a las oficinas centrales del BCR, en San José, a cambiar un cheque emitido por el partido por ¢5 millones a nombre de una sociedad llamada Grupo Sagar. Este político era, a su vez, el gerente general de esa empresa.
Luego de cambiar el cheque, Sáenz depositó el mismo monto en la cuenta del PIN.
Después de ese depósito, el exdiputado Wálter Muñoz llegó al mismo banco y, frente a la misma ventanilla en la que estaba el vicepresidente de su partido, realizó dos depósitos de ¢4,5 millones cada uno.
Posteriormente, entre las 6:20 p. m. y las 6:48 p. m., en la misma sucursal, el dinero entró y salió ocho veces entre la cuenta del PIN y cheques cambiados por Grupo Sagar. El vicepresidente cambiaba los cheques del PIN y el presidente depositaba dinero en a cuenta del PIN.
Al final de esa tarde, en cuestión de tres horas, el PIN realizó 12 depósitos a su cuenta por casi ¢52 millones y se cambiaron 13 cheques por ¢47 millones, once de ellos a nombre de Grupo Sagar.
Al final, en la cuenta del PIN quedó un saldo de ¢5 millones, el mismo monto que depositó Muñoz horas atrás en las oficinas del BCR en el Mall San Pedro.
¿Qué tenía que ver Grupo Sagar? Después de estas transacciones, el PIN le cobró al TSE ¢43 millones de deuda política, de los cuales ¢41 millones correspondían a compras de minivallas de vinil (por ¢22,6 millones) y afiches y volantes (¢18,4 millones) a esta empresa. Para justificar la compra, el partido presentó dichos cheques.
Los restantes ¢2 millones correspondían a una pauta radial.
No obstante, el material impreso habría sido entregadas el 10 de diciembre, cinco días después de las elecciones del 5 de diciembre, según constaba en la misma documentación aportada por el PIN al TSE. Eso lo notó el Tribunal de Elecciones.
Los ¢43 millones cobrados coincidían exactamente con el monto que el partido podía cobrar por cantidad de votos, pese a que no logró colocar ni un representante en los gobiernos locales.
Por estos movimientos dudosos, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) negó al PIN el 99% de la contribución estatal durante la campaña municipal de 2010.
Este medio intentó conversar con Juan Diego Castro, candidato presidencial del PIN, sobre estos cuestionamientos. Sin embargo, no atendió las llamadas realizadas a su teléfono celular.
La única declaración que dio el partido la hizo a través de un asesor de campaña de Castro, Diego Pacheco, quien señaló que el candidato no se iba a referir.
Muñoz no contestó las llamadas de La Nación.
Dudas "razonables" del TSE
De acuerdo con la resolución 2238-E10-2012 del TSE, el Tribunal tuvo "dudas razonables" con respecto a la veracidad de los gastos cobrados por el PIN.
El Tribunal concluyó que existió una secuencia de depósitos y giros de cheques, los cuales se fueron cambiando ordenadamente sin provocar faltantes de fondos.
Según evidenció el Tribunal, el PIN ejecutó 23 movimientos bancarios entre depósitos y cheques cobrados en tres horas, el mismo día que vencía el plazo para realizar gastos reconocibles con recursos de la contribución estatal.
Pese a que el PIN intentó aparentar que depositó en su cuenta, en varios tractos, ¢51.990.000 y debitar ¢47.000.000, el TSE constató que ese flujo de dinero no era el habitual de la cuenta del PIN.
“No se evidencia en ningún momento recursos suficientes para cubrir los más de ¢47 millones girados a los diferentes beneficiarios”, le dijo el BCR al TSE, según el informe de esa última institución.
La resolución indica que “no existen elementos probatorios que respalden, de manera absoluta e indubitable, que la agrupación política haya desembolsado de su patrimonio el contenido económico de los cheques que solicita liquidar”.
Sin embargo, Muñoz aseguró al Tribunal posteriormente que los productos fueron entregados a tiempo, pero se facturaron luego.
En 2012, luego que trascendiera la resolución del TSE, el candidato negó a este medio haber incurrido en anomalías en el cobro de la deuda política, sin embargo, según la resolución, el candidato no presentó sus objeciones a las conclusiones del TSE en el plazo que le otorgó a la agrupación política.
Wálter Muñoz negó a La Nación, en aquel momento, que los cheques cobrados fueran depositados en la misma cuenta.
Afirmó que estos fueron cambiados por los beneficiarios, quienes retiraron el efectivo en la misma caja, en la cual él mismo hacía los depósitos.