A lo largo de las tensas escenas de La huida, las divisiones y miedos de nuestra Centroamérica se desplegaban sin reservas en escena. Pero tras escena, una de sus actrices, reconocida con una mención en los Premios Nacionales de Cultura 2017, vivía otra cosa: un vistazo de la unión posible entre nuestros países.
Dinora Alfaro fue una de las dos actrices salvadoreñas reconocidas en los máximos galardones de las artes costarricenses (la otra fue la ganadora del premio de teatro a la mejor actriz, Isabel Guzmán, por Chicago).
La huida, que también ganó el premio de mejor dirección para Arnoldo Ramos, dio a Alfaro la oportunidad de mostrar su talento al público tico en el Teatro de la Aduana en setiembre. Este martes, a las 7 p. m., sus laureados recibirán sus preseas en el Teatro Nacional.
En febrero, Viva entrevistó a Alfaro vía correo electrónico, con el fin de conocer más de sus experiencias en la escena tica y la de su patria.
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– ¿Cómo recibe este reconocimiento por su trabajo en “La huida”? ¿Qué representa para su carrera teatral?
– Un reconocimiento como este siempre es un incentivo importante para continuar trabajando, en mi caso para seguir dejando la piel y el alma en cada uno de mis personajes, para seguir escribiendo estas voces, pero también es un enorme compromiso y espero no eludirlo nunca.
"Por otra parte es un peligro, de cierta manera esto te coloca en un lugar donde pareciera que ya no hay espacio para el error y en el arte esto puede ser paralizador. Por eso no quiero que esta mención represente más de lo que es: un regalo de la vida, para alguien como yo, que viene de una familia trabajadora que con muchos esfuerzos nos brindó estudios a mí y a mis hermanos.
"Esto es un sorbo de agua fresca, un abrazo aliciente de una nación que es como nuestra hermana mayor en cuanto a desarrollo de las artes en toda Centroamérica y que a través de Isabel Guzmán y mío nos abraza a todos los colegas salvadoreños que trabajamos día a día en esta carrera tan ingrata como necesaria tan injusta como urgente".
– ¿Por qué hacer “La huida” y por qué en este momento? ¿Qué la atrajo al proyecto?
En primer lugar acepté por la conexión que desde el 2013 había sentido con Arnoldo en términos creativos, él me hizo la invitación directa en nombre de Punto de Giro y luego vino el planteamiento del tema, hablar sobre migración pero desde una perspectiva que no se está hablando y que por el contrario, pareciera que existen fuerzas interesadas en ocultarla, hablar de la migración por crímenes de odio contra la población LGTB.
"Escuchar el tema, tengo que decirlo, en primer lugar sentí que me sobrepasaba, era algo sobre lo que no tenía mucha noción, una migración del triángulo norte de Centroamérica hacia el sur de la que no estaba enterada.
"Ese mismo día empecé a leer toda la información escrita que existía publicada en medios de toda Centroamérica y el asombro fue tanto frente a masacres y asesinatos en serie perpetrados con lujo de barbarie aparentemente sin más razones que la negación, al punto del odio, frente a la diversidad del ser humano.
"También me asombro de que la mayoría de las noticias no tienen ningún seguimiento en términos de investigación, todo muere en la noticia misma y salvo intentos de organizaciones que trabajan por los derechos humanos por volver al tema a nadie más parece importarle. En el Triángulo Norte, la grave crisis de violencia que se vive hace de esta población uno de los eslabones más débiles, ultrajados, violados y amenazados al punto de no tener más camino que huir.
Es por ello que lo que en un inicio fue una invitación se convirtió en una responsabilidad; constantemente soy atacada por la sensación de impotencia frente a lo que vive mi país, altos niveles de violencia que corren paralelos a los índices de corrupción, y yo ahí, con mi gran pregunta, ¿qué me corresponde hacer como ciudadana?
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"Porque votar ya no basta, detesto el fanatismo de la clase política de mi país, bueno, detesto el fanatismo en todas sus expresiones y para colmo no tengo sangre ni cuerpo para salir a la calle y gritar y exigir frente a esos paredones cada vez más altos y más insensibles por el simple hecho de que siempre está alguien al acecho para sacar provecho de ello, manipulan tu grito y le colocan etiquetas partidarias y ensucian tu lucha.
"Siendo como soy, solo me queda lo que hago, y entonces decidí subirme al barco y crear un equipo tico-salvadoreño y unimos nuestro rechazo frente a esta realidad y creamos La huida, un espectáculo sin más pretensión que hablar de una migración que va más allá de la geográfica, estamos hablando de la necesidad de que migremos a pensamientos más abiertos, donde dejemos de ver la diversidad como un tema que tiene relación únicamente desde lo sexual y la veamos de manera más integral, más humana y más cercana".
– ¿Cómo fue el proceso de investigación para “La huida”? ¿Cómo se acercaron a la población en la que indaga la obra?
– Nos planteamos para investigar los meses de enero a marzo del año pasado y esto sucedió de una forma muy orgánica, Mientras Arnoldo y Punto de Giro hacían su trabajo en Costa Rica yo inicié mi investigación en El Salvador, luego juntaríamos, lo investigado en nuestro encuentro de semana santa, tiempo en el que haríamos una encerrona para estructurar toda la historia.
"Quería recopilar todas las historias posibles y me valí de las redes sociales para publicar mi interés, ese mismo día empezaron a escribirme amigos y amigos de amigos que tenían algo que decir sobre este tema.
"Tuve la oportunidad de esta manera de establecer contacto con gente que ya había hecho la travesía y que se encontraban ya en otros países esperando el asilo, gente que está en España, Italia, Estados Unidos y por supuesto Costa Rica y muchos más que aún están en Guatemala, Honduras y El Salvador pero que lo que más desean es llegar a una tierra donde puedan ser simplemente respetados como cualquier ser humano.
"A cada historia que me compartían, la convicción y la urgencia por hablar de este tema se hacían más grandes. Llegó Semana Santa, todavía recuerdo el día en el que nos encontramos con Arnoldo. En la medida en la que compartíamos las historias que atesorábamos no podíamos parar de llorar.
"Ambos estábamos definitivamente convencidos que todo esto exigía de nosotros una historia comprometida con tanto dolor y tantas víctimas pero también con tanta lucha tenaz, porque cada persona entrevistada era un enorme ejemplo de valentía y lucha.
"También toqué las puertas de algunas de las organizaciones LGBT y de la Dirección de Diversidad de la Secretaría de Inclusión Social de mi país para tener un panorama sobre el trabajo que realizan. De todos recibí mucho apoyo y documentos valiosísimos".
– ¿Qué sigue para la obra? ¿Se montará en El Salvador u otros países de Centroamérica?
– Ya estamos programados en la Temporada 2018 del Teatro Poma en el Salvador y en este momento estamos buscando espacio para poder hacer otra temporada en Costa Rica. Quisiera creer que, la excelente crítica que recibimos en nuestra primera temporada, el premio en Dirección al que se hizo acreedor Arnoldo y mi mención honorifica sean suficiente carta de presentación para que nos abran las puertas de alguna sala tica.
"En todo el equipo estamos convencidos que “La huida” no debe morir, nuestro objetivo nunca fue solo cumplir con lo que nos exigía Iberescena, nuestro compromiso es colocar este tema a la luz para generar diálogos, para generar empatías. Queremos aplicar a festivales, de ahí que nuestra escenografía es tan genérica, porque en nuestras maletas solo queremos cargar telas y el vestuario, la esencia del montaje está en la dramaturgia, las interpretaciones, la música y la iluminación, todo lo demás lo podemos encontrar en cualquier país".
– ¿Cuál es su visión de la cooperación entre países centroamericanos en asuntos escénicos? ¿Es suficiente y eficaz? Si no, ¿cómo podría mejorar?
– Si hablamos en términos de cooperación desde las instancias de gobierno de los países centroamericanos no estoy enterada de que exista algún programa como tal y si existe entonces es muy mala su política de difusión porque el gremio en El Salvador es pequeño y de existir deberíamos conocerlo todos. Cada país tiene su propia agenda, esta incluye, como en el caso de Costa Rica Festivales internacionales como el FIA que de alguna manera se convierten en una oportunidad para presentar lo que estamos haciendo en el resto de países.
"La existencia de ciertos fondos concursables como el Iberescena que trasciende Centroamérica y que incentiva la producción artística que involucren a varios países es una gran oportunidad o la existencia del Premio Nacional de Cultura donde no se limita a premiar artistas costarricenses como lo estoy experimentando yo.
"Lo que sí existe es un interés por parte de iniciativas de artistas independientes por crear redes de apoyo, profesionalización y acercamiento entre Centroamérica, por mencionar lo que yo he experimentado directamente en El Proyecto Carromato, que a muchos nos abrió la puerta de Centroamérica, nos permitió formarnos con grandes maestros latinoamericanos y que impulso iniciativas tan interesantes como Proyecto Lagartija, que ha continuado esta labor tan necesaria y decenas de esfuerzos bilaterales que nos permiten girar con nuestros trabajos por Centroamérica, siempre a puro esfuerzo de artistas independientes".
– ¿Cómo puede mejorar?
– Al ser tan escaso es mejorable en todos los sentidos, creo que seríamos más interesantes y fuertes a nivel global si desdibujáramos un poco nuestras fronteras e hiciéramos nuestras las fortalezas de cada país, nivelando las políticas públicas para mejorar las condiciones sociales de los artistas en todo el istmo, Cada uno de los países centroamericanos debería abonar a un fondo con el fin de propiciar intercambios, residencias creativas, producciones y programas de becas para centroamericanos a las diferentes escuelas y universidades que existen, acogida y seguimiento de los jóvenes que son acreedores de estas becas.
"Todos tenemos cosas que aprender y experiencias que compartir, los que poseen escuela que las abran para las futuras generaciones de artistas centroamericanos y para la nivelación y acreditación de todos los que llevamos años en las tablas y tenemos licenciaturas de las cosas más diversas, menos de artes escénicas , pero el arte no solo se encuentra en las escuelas, el arte es esa cosa extraña que surge de entre la técnica y lo irracional o instintivo que puede venir de esa necesidad urgente de cambiar una realidad en la que vives, y sobre esas necesidades todos los centroamericanos tenemos mucho en las entrañas".
– Cuéntenos brevemente del panorama teatral en El Salvador: salas disponibles, posibilidades para realizar proyectos, públicos, aspectos por mejorar.
– Recientemente se ha anunciado la creación del Ministerio de Cultura, de lo que ahora es una secretaría que depende de Casa Presidencial, Es una pena que este anuncio se de en un período electoral porque abre las posibilidades de un manoseo político partidario y los trabajadores del arte seguimos quedándonos con la pregunta en la garganta, ¿que significará este cambio de nombre? ¿Potenciará los escenarios nacionales existentes, los cuales adolecen de públicos cautivos? ¿De curaduría para los espectáculos que se presentan? ¿De directores con capacidad de decisión? ¿Se impulsará de manera seria el Instituto Superior de Artes? ¿Se creará una política clara de apoyos a la producción?,
"Hasta ahora ha habido iniciativas aisladas, que se han lanzado con bombos y platillos como algo permanente y no han sobrevivido ni dos años consecutivos. Es terrible, porque en tiempos en que gobernaba la derecha eran estos entre otros reclamos los que vehemente hacíamos, en aquel entonces nos tachaban de izquierda y tenían razón, llevo veintitrés años de carrera y son las mismas exigencias, esto refleja un claro desinterés generalizado por el verdadero desarrollo artístico nacional.
"A mi manera de ver, las artes escénicas en El Salvador se sostienen por el empuje, pasión y entrega y sacrificio de los trabajadores de las artes independientes y acá todos los que estamos en las tablas actualmente, somos independientes".