Laura Molina, directora Centro de Cine, asegura que debe mantener su línea en el tiempo.
¿Cómo llega la 18.° Muestra de Cine y Video Costarricense?
Antes no había presupuesto formal para la Muestra, se hacía con base en patrocinios. Antes no había decisión política para apoyar la Muestra con el Centro de Cine, pero esto ha cambiado. Hace tres años se le otorgó presupuesto y con su producción externa hemos sumado experiencia en esta nueva modalidad.
¿A qué debe apuntar ahora?
Aspiraríamos a ir convirtiendo la Muestra en una actividad que realmente disfrute y envuelva al sector audiovisual y la población en general, no solo en cuanto a exhibición, sino también en contribuir a la profesionalización del sector, mediante talleres y encuentros con personajes importantes de la cinematografía iberoamericana y de la región.
¿Cuáles han sido algunos retos a lo largo de estos 18 años?
Sobretodo en cuanto a organización, en el principio. Hemos ido tratando de perfeccionar la parte técnica, quisiéramos que fuera impecable. Muchas veces contamos solo con la buena voluntad de las personas, pero sin tener el control es difícil pedir cuentas.
¿Deben haber cambios?
Pienso que no debe haber, más bien ese es el problema. Siempre se quieren cambiar las cosas y no se dejan madurar. Creo que debe haber crecimiento, y para eso tenemos que hacer como una marca con la Muestra. Que conserve una tradición, que no cambie con cada administración. Debemos formar al sector y conservar una memoria de la Muestra.