San Francisco. Una vez más, Las Vegas, Nevada, será la anfitriona de la Feria Electrónica de Consumo (CES por sus siglas en inglés), el evento de tecnología más grande del mundo. Del 8 al 11 de enero, diversas compañías del sector tecnología, presentarán el catálogo de los dispositivos que estrenarán a lo largo del año.
El evento anual, buscará dejar de lado las tensiones comerciales y polémicas, en torno a la confianza y utilización de datos privados que surgieron a lo largo del año pasado. En esta edición los dispositivos que utilicen inteligencia artificial serán el principal atractivo.
Televisiones de última generación, robots con “emociones” y una multitud de dispositivos activados por voz atraerán la atención de los visitantes, quienes también esperan posibles novedades sobre las pantallas plegables.
Este gigantesco espectáculo -4.500 expositores repartidos en más de 250.000 metros cuadrados en Las Vegas- tendrá lugar en medio de un clima particular después de una serie de escándalos y controversias, en especial sobre la gestión de datos personales, que han dañado la imagen de gigantes tecnológicos y la confianza de los consumidores.
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“Creo que el 2019 será un año de desafíos relacionados con la confianza en el sector de la tecnología”, comentó Bob O'Donnell, fundador y jefe analista de TECHnalysis Research.
El problema radica en que la mayoría de los dispositivos que se presentarán dependen de la recopilación de datos del usuario para asegurar un servicio óptimo, como por ejemplo, los altavoces inteligentes que desean anticipar los gustos musicales del usuario, las pulseras de salud para determinar si la persona necesita atención médica, o los dispositivos que codifican datos o obstruyen los micrófonos de los altavoces.
“El público está siendo cauteloso por los eventos recientes, creo que la industria se verá frenada por el escepticismo”, expresó Roger Kay, analista y consultor de Endpoint Technologies Associates.
La Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA). organizadora del evento, reconoció que las tarifas punitivas y las tensiones entre China y Estados Unidos -potencias tanto económicas, como tecnológicas- están teniendo efectos importantes en el sector.
Según cálculos de esta misma institución, los aranceles aduaneros para los productos tecnológicos han aumentado en siete ocasiones en un año, llegando a los $1.300 millones en octubre del 2018. Sumado a lo anterior, este sector realizó un pago por $122 millones extra por las importaciones relacionadas con la red 5G.
“La gente está preocupada de que estos impuestos conduzcan a aumentos de precios que lleguen a pesar en el CES”, agregó O'Donnell.
Las tensiones han aumentado de manera alarmante, ya que China es el país en que una gran cantidad de empresas estadounidenses fabrican la mayoría de sus productos, siendo también, uno de sus principales mercados.
“Los grandes cambios que se avecinan, que cambiarán fundamentalmente a muchos sectores, son cambios a lo largo de varios años”, opinó Carolina Milanesi, analista de Creative Strategies, quien argumentó que la tecnología se encuentra en una especie de periodo de transición, razón por la cual no espera grandes revelaciones en Las Vegas.