Esforzada. Así es como recuerdan sus allegados a Alba de los Ángeles Montenegro Brenes, una joven de 29 años quien falleció el pasado miércoles 20 de octubre, luego de recibir un disparo en el ojo derecho cuando su compañero sentimental, de apellidos Zúñiga Jiménez, limpiaba un arma de fuego en las afueras de la vivienda en la que ambos residían junto a un hermano de ella.
Días después de lo sucedido, la familia aún trata de asimilar la situación, mientras las autoridades avanzan en las pesquisas. Joaquín Antonio Calvo Montenegro, hermano de Alba, contó a La Nación que tenía cinco años de no comunicarse con ella por diferencias personales, pero destacó que siempre fue una muchacha que buscó la forma de salir adelante y superarse. Por eso, tenía múltiples trabajos.
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“La última vez que hablé con ella fue hace 5 años, estábamos enojados y no pude despedirme, no pude pedirle perdón, no pude hacer nada. Ella era la menor de seis hermanos, cuatro mujeres y dos hombres. Actualmente, tenía una sodita, vendía cosméticos, perfumes y gorras, además de tiempos. Con eso ella estudiaba Derecho y hace poco se había graduado como asistente de Odontología. Era una mujer muy luchadora, todo terreno”, explicó Calvo.
Este hombre, de 35 años, aseguró que él nunca estuvo de acuerdo con la relación amorosa de su hermana y que justo ese fue el motivo por el que perdieron comunicación; sin embargo, reconoció que la pareja se llevaba bien y que tenían una década de estar juntos. “Vivían en unión libre, sin hijos. Ellos se querían, se llevaban bien y todo, pero ahorita a ese muchacho (el cuñado) yo ni quiero verlo. Mi hermano mayor, Juan José, vivía con ellos y estaba muy afectado”, mencionó.
Los primeros indicios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) apuntan a un hecho accidental, pero la Fiscalía detalló el viernes pasado que indaga el caso como un presunto feminicidio.
La casa en la que residía la pareja se ubica en Quircot de San Nicolás, Cartago, donde también tenían la soda, llamada El Pilón, y la cual ofrecía servicio a domicilio, por lo que según su hermano, en los últimos meses las ventas estuvieron excelentes.
“Los vecinos la querían mucho, casi todos se llevaban bien con ella, porque era alegre, estudiosa, le gustaba ayudar a la gente y era muy simpática, una gran persona, realmente”, afirmó Calvo.
Noticia por llamada
Él se enteró por medio de la llamada de una hermana del fallecimiento de Alba, quien ingresó grave al Hospital Max Peralta, en el centro de Cartago, y pereció poco después a causa del disparo. Según la Cruz Roja, que se encargó del traslado al centro médico, la muchacha estaba inconsciente, con sangrado abundante y presentaba un trauma cráneo encefálico bastante severo.
El hombre dijo desconocer el motivo por el cual su hermana estaba observando por la ventana a los perros, –momento en el que se accionó el arma– pero cree que era porque se trataba de una raza fuerte, a la que hay que criar muy bien y tenerle cuidado.
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Ahora, Calvo lleva su duelo en la intimidad de su hogar, donde le hizo un altar para realizarle un pequeño novenario, esto debido a que el resto de su familia no profesa la misma religión.
Recordó que hace 15 años la familia también tuvo un momento difícil, por el fallecimiento de su madre. Para aquel momento Alba era menor de edad, por lo que su padre tuvo que asumir la custodia.