Columnistas

Navidad encarcelada

Colegas afables que me acogieron jamás habrían adivinado llegar a conocer las entrañas del averno en Nicaragua

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Es Navidad. Hoy quiero pensar en Nicaragua. En el espíritu festivo de estas fechas, no puedo impedir que mi corazón me arrastre hasta el lugar más oscuro de El Chipote, donde el pecado de pensar se convirtió en suplicio. Pareciera que ese tormento fue silenciado, no fuera que su recuerdo perturbara nuestra lesiva indiferencia. Ese dolor no es para mí concepto abstracto. Es la sonrisa, hoy apagada, de almas que conocí. Es la noche encarcelada que no puedo imaginar de colegas de trabajo que acompañaron mi estadía en esa maravillosa tierra pinolera perennemente torturada por su historia.








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