Un proveedor le entregó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) 164.900 batas en empaques que decían en chino que no son de uso médico. Así se distribuyeron en varios hospitales del país hasta que un médico de Guácimo, en Limón, alertó de la situación.
Horas después, el contratista alegó, por escrito, que esa leyenda se colocó solo “para acelerar el proceso de salida del producto de la aduana china”, pero que en realidad sí son batas médicas nivel 3 de impermeabilidad.
Esa fue la justificación que hizo Natalia Campos Berrocal, la representante legal de la firma Quality Store S. A., en agosto del año pasado, un mes después de ganar la licitación 2020CD-0000129-5101 para abastecer a la Caja con un millón de batas médicas descartables, en medio de la pandemia por la covid-19.
“La leyenda “non medical” colocada sobre el empaque se refiere a un requerimiento de Aduana para productos Clase I. Además, que dicha indicación se colocó sobre el empaque únicamente para acelerar el proceso de salida del producto de Aduana.
“En otras palabras, dicha leyenda responde a un tema de clasificación aduanal y no de calidad”, consignó Campos Berrocal en el oficio sin número remitido a la CCSS, el 21 de agosto anterior.
Como prueba, ella aportó una declaración de la empresa china Dezhou Unquetex. Esa compañía asegura que Quality Store le contrató para supervisar la fabricación de las batas, marca Whenzhou Joywest Clothes, también de origen chino.
En esa declaración se lee: “El empaque incluye una indicación de no médico en chino solo como un requisito aduanal para Clase I. Las palabras no médico se agregan para garantizar una salida sin contratiempos, de acuerdo con el siguiente comunicado emitido por el Ministerio de Comercio, la Administración Estatal para la Industria y el Comercio y la Administración General de Aduanas”.
Y de inmediato se consignan tres direcciones de sitios web para acceder a ese documento en idioma chino.
Sin embargo, al traducir esos comunicados al español, en ningún lado se dice que los insumos médicos, como las batas, deben decir “de uso no médico” en el empaque para agilizar su salida de las aduanas.
Por el contrario, en esos documentos se indican los requisitos de calidad que se deben cumplir para poder exportar desde China cualquier insumo de protección para el personal médico frente a la covid-19.
Así lo comprobó La Nación luego de traducir esos comunicados con ayuda de una persona que habla, escribe y lee en chino.
Este diario cuestionó a Campos sobre ese aspecto y le pidió subrayar en qué parte de la nota enviada a la CCSS dice que la rotulación “non medical” se debía a requisitos aduanales.
“Si usted observó la rotulación, habrá podido comprobar está escrita en mandarín. Es una hoja que incluye: fabricante, descripción del producto, cantidad, material y otras especificaciones. En cuanto, a “non medical”, no se trata de una leyenda o frase como tal, se trata de un hànzi o ideograma chino que representa una palabra”, manifestó Campos.
“Queremos hacer énfasis que ese hànzi no guarda relación alguna con las cualidades y características técnicas del producto. La CCSS validó los certificados de los laboratorios, sus pruebas, aceptó las batas y quedó satisfecha con la calidad de las mismas”, agregó.
Al mismo tiempo, insistió en que Quality solo reprodujo la nota de Dezhou y que sería esa empresa china la que “podría ahondar en esa explicación”.
Las 164.900 batas costaron $621.673, pero la contratación total de un millón de unidades es por $3.770.000 (unos ¢2.330 millones). Cada una tiene un valor de $3,77.
Esta compra se hizo en momentos en que existían dificultades logísticas para sacar implementes de protección médica desde China y que en los documentos presentados por el proveedor a la CCSS, no se especificó cuáles “contratiempos” pudieron haber sufrido de no haber puesto la leyenda “no médica” en los empaques.
Lea aquí los documentos en chino y su traducción en español.
La imagen de la izquierda corresponde a la nota enviada por Natalia Campos, representante legal de Quality Store, a la CCSS, en la que justifica el empaque de las batas. Mientras que a la derecha aparece la nota traducida al español, remitida por la firma china Dezhou, la cual superviso la fabricación de las batas, donde se menciona el supuesto requerimiento de la aduana de China. Fotografías: Reproducción.
Investigación fiscal
Desde el 3 de febrero del 2021, esta contratación directa está en investigación en la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos, Tributarios, Aduaneros y de Propiedad Intelectual, donde se indaga un posible delito de defraudación fiscal aduanera, confirmó la oficina de prensa del Ministerio Público.
La causa se tramita bajo el expediente N.° 21-000050-621-PE contra ignorado, es decir, que no existen imputados individualizados.
Ante el Servicio Nacional de Aduanas esas batas se reportaron como “batas protección nivel 3″, corroboró este medio luego de realizar una consulta a la oficina de prensa del Ministerio de Hacienda.
Las aparentes irregularidades fueron denunciadas por la Unión Médica Nacional, a raíz de la alerta que hizo, el 19 de agosto del 2020, el director del Área Rectora de Salud de la CCSS en Guácimo —quien lee y escribe en chino—, y se percató de que en los empaques de las batas decía “de uso no médico”.
Él alertó a su órgano superior, la Dirección de Red de Prestación de Servicios de Salud Huetar Atlántica, cuya superior, en aquel momento, era la médica Silene Aguilar.
Un día después, Aguilar elevó el caso a la sede central de la Caja, propiamente a la Gerencia de Logística –la encargada de las compras durante la pandemia–, y pidió acceso al “certificado de la seguridad de uso” de esas prendas.
El 24 de agosto, cuatro días después, Daniel Navarro, de la Dirección de Aprovisionamiento de Bienes y Servicios, respondió la cadena de correos electrónicos y aseguró que las batas enviadas son impermeables de nivel 3 (las contratadas), que cumplían con estándares de calidad y que la leyenda en los empaques “tiene que ver con un tema de aduana”.
“Se recuerda que en la actualidad y por la urgencia de contar con los productos, los empaques que se reciben son de fábrica, cuyas indicaciones son el estándar del producto. Para este caso en específico, se cuenta con documentación de parte del contratista (…). No tiene que ver con la calidad del producto, misma que ya fue verificada al momento del ingreso de producto”, escribió Navarro.
La Nación intentó conversar con el doctor Wilman Rojas Molina, director de la Red de Prestación de Servicios de Salud Huetar Atlántica de la CCSS. En un correo electrónico, dijo que “con mucho gusto” atendía una entrevista, pero que debía tramitarse con la oficina de prensa.
Inicialmente, la oficina de prensa de la CCSS no concedió la entrevista bajo el alegato de que el tema es del “ámbito central y no al nivel regional”, sin saber de antemano cuáles preguntas se le iban a hacer. Posteriormente y ante la insistencia de este medio, accedió a tramitar unas preguntas por correo electrónico, pero al cierre de esta edición no se había obtenido respuesta.
Estudios de calidad
En el expediente de ejecución de esta contratación, del cual La Nación tiene una copia, no consta ninguna advertencia de la leyenda “de uso no médico” hasta el 10 de setiembre, cuando ya se habían recibido y repartido 164.900 del millón comprado a esa empresa.
La Comisión Técnica de Implementos y Equipo Médico Quirúrgico fue la que señaló la inconsistencia en el empaque cuando admitió un nuevo lote de 322.500 batas.
De acuerdo con la coordinadora de ese foro, Shirley Ramírez, ese nuevo lote se admitió porque se realizaron pruebas técnicas de calidad y las cumplió todas, por lo que se lo logró acreditar que eran de uso médico, a pesar de lo que decía el empaque.
Además, insistió en que Quality Store también presentó un certificado de calidad de la multinacional suiza SGS, la cual corroboraba que sí eran batas médicas nivel 3 de impermeabilidad.
En efecto, en el expediente consta el certificado de SGS, del cual La Nación corroboró que era real. Sin embargo, el mismo se emitió el pasado 31 de julio, cuando ya la CCSS había recibido 115.200 batas.
Para certificar la calidad de ese lote de 115.200 prendas, el contratista aportó solo una nota de la empresa Dezhou Unquetex, la cual había contratado para supervisar la fabricación de ese insumo médico y la misma que dijo que el etiquetado se debía a un tema aduanal.
Las primeras entregas, por un total de 164.900 batas, fueron recibidas con la comisión ad hoc que nombró la Gerencia de Logística, en principio, para agilizar las compras de insumos médicos durante la pandemia, pero que fue desintegrada luego de que este diario revelara presuntas irregularidades en la compra de millones de mascarillas.
Incluso, el creador de esa comisión ad hoc, Luis Fernando Porras Meléndez, gerente de Logística, está suspendido del cargo, con goce de salario, mientras se investigan las aparentes anomalías en la adquisición de los cubrebocas.
También fue separado su asesor, Hans Vindas Céspedes, uno de los encargados de hacer las indagaciones de mercado y cotizaciones para esta contratación.
El actual gerente de Logística, Esteban Vega de la O, insistió en que la calidad de las batas fue suficientemente probada, que sí eran de uso médico y que la empresa aportó los certificados de calidad de órganos acreditados. Él restó importancia a lo que dice el empaque.
“El nivel 3 de impermeabilidad de las batas fue certificado mediante análisis de Laboratorio Internacional SGS No. SL52035273621801TX el cual indicaba que es seguro para utilizar en hospitales, centros de salud y entornos muy similares cuya finalidad de uso sea obtener una función de protección nivel 3.
“Las palabras no médico que se agregaban, según indicó la representante legal de la empresa, se hacía para garantizar una salida sin contratiempos de China, de acuerdo con el comunicado emitido por el Ministerio de Comercio, la Administración Estatal para la Industria y el Comercio y la Administración General de Aduana, todo ello de conformidad con los certificados autenticados y traducidos al español, aportados por el proveedor a la citada Comisión Técnica”, señaló Vega de la O, en un correo electrónico.
No obstante, posteriormente en una entrevista, dijo desconocer si alguna persona de su equipo o de la CCSS, leyó ese documento del gobierno chino, con base en el cual la empresa alegó que se basó para rotular las batas como no médicas.
Lea en este link las preguntas enviadas a Quality Store y las respuestas recibidas.