El costo de atender a recolectores de café sin seguro supera los ¢3.500 millones anuales, según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Estimaciones para el 2016 revelan que el mayor impacto se da en la consulta con médicos especialistas. Ahí la institución invirtió ¢1.837 millones. Le sigue la atención de urgencias (¢957 millones) y los internamientos (¢788 millones).
El costo para el Estado por no asegurar a esta población laboral, según estimaciones, supera los ¢11.000 millones (2017), lo cual incluye el seguro por el Estado y las pensiones del Régimen No Contributivo (RNC, por pobreza).
Esos costos superarían los ¢15.000 millones en el 2027.
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Los datos forman parte de la presentación realizada por el gerente financiero, Gustavo Picado Chacón, a los miembros de la Junta Directiva de la Caja, el pasado jueves 11 de enero.
Ese informe sirvió de base para que los directores dieran su visto bueno a la confección de un reglamento para ampliar la cobertura con el seguro de salud a esta población laboral.
En los últimos años, la Caja ha trabajado para impulsar medidas que flexibilicen el aseguramiento a grupos de trabajadores de difícil cobertura.
Se inició con las empleadas domésticas y, ahora, sigue en esa misma línea con recolectores de café, funcionarios de microempresas y trabajadores independientes.
Población laboral compleja
Se calcula que unos 1.850 núcleos familiares serían protegidos con el seguro de Salud, que cubre los riesgos de enfermedad y maternidad.
En total, alrededor de 75.000 personas recibirían este beneficio cada cosecha, de acuerdo con estimaciones de la Caja.
El financiamiento de esa protección sería asumido por el Estado y el Instituto Costarricense del Café (Icafé), que manejarían una tasa contributiva del 15% durante los cinco meses de temporada de cosecha.
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Según el Icafé, hay 45.445 productores de café. Casi todos (97,7%) son pequeños productores.
El propósito de la Caja y de otras instituciones como el Icafé, el Ministerio de Trabajo y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es facilitar el acceso a la atención de estas personas, flexibilizando incluso la posibilidad de que puedan usar los servicios en cualquier parte del país y no en una zona específica, como el resto de los asegurados.
Lo anterior se debe a que alrededor de un 60% de los recolectores son extranjeros, y muchos son indígenas de la etnia Ngöbe –procedentes de Panamá– que migran por todo el país buscando cafetales para ser contratados como mano de obra en las cogidas de café.
Estos asegurados tendrán un carné. Además, se hará un padrón fotográfico con colaboración del Icafé, que para efectos de la Caja será el responsable de elaborar y presentar la planilla durante cada mes de cosecha.
Según los planes de la Caja, en un mes se presentará la propuesta final de reglamento ante la Junta. Luego de eso, se procederá a adaptar el Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere) y el Expediente Digital Único en Salud (EDUS) para incorporar a los nuevos asegurados.