Mario Umaña, especialista líder de comercio y competencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), considera que si el país incrementa los recursos para fortalecer la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom), los beneficios que traería para el mercado local serían mayores que la inversión.
Él asegura que eso podría llevar a un mercado más competitivo con mejores precios para los consumidores y en las compras del Estado. Al tiempo que elevaría la productividad.
- ¿Por qué considera bajo el presupuesto actual de la Coprocom?
La Coprocom ahorita tiene posiblemente uno de los presupuestos más bajos de una autoridad de competencia en el mundo. También si uno lo compara con otros reguladores sectoriales en Costa Rica, es más pequeño. La idea es que se aproxime a alrededor de $3 millones, que es un monto más o menos parecido al que tienen algunas agencias comparables, y le permitiría aumentar un poco el staff del órgano técnico.
“También, para pagar a tres comisionados a tiempo completo y tener dinero para hacer cosas, para hacer investigaciones, para hacer estudios de mercado, por que si el presupuesto se va a ir solo en salarios, va ser muy difícil que realmente sea efectiva”.
-¿Tendría sentido aumentarle el presupuesto a este tipo de figura en este momento complicado para las finanzas públicas?
Obviamente el país está viviendo un momento delicado en la parte fiscal. Si todo este esfuerzo se ve como un gasto, sería muy difícil la lógica legislativa. Se tiene que ver como una inversión, y hay al menos tres tipos de beneficios importantes.
"Uno, en lo social porque muchos de los bienes y servicios que consumen el sector de la población de menor poder adquisitivo, puede que tengan problemas de competencia. Significaría que los precios actuales están muy por encima de los precios eficientes, digamos podrían ser hasta un 40% más alto. Con una agencia de competencia fuerte, uno puede perseguir estas conductas competitivas, los precios bajarían, y para las familias de muy poco poder adquisitivo puede significar la diferencia entre estar por debajo de la línea de pobreza, o no.
"Segundo, la política de competencia se debe aplicar a las compras publicas, y los ahorros para el Estado pueden ser multimillonarios para las entidades que compran mucho. Un solo caso de licitación colusoria podría compensar la inversión que se está haciendo anual.
“El tercer elemento es en términos de incremento de la productividad. Es prácticamente imposible incrementar la productividad si no hay adecuados niveles de rivalidad, si las empresas no compiten como deberían de competir”.
-¿Las multas que impondría la autoridad podrían llegar inclusive a superar su presupuesto?
La autoridad de competencia no puede tener el incentivo de financiarse con las multas, se volvería un incentivo perverso. Sin duda entrarán a la caja única del Estado, y contablemente a lo mejor equipara el gasto que se está incurriendo.
“En un año, las multas podrían andar por el orden de lo que está buscando ahora en presupuesto, pero eso ni siquiera debería de estar en consideración, no puede ser el incentivo para financiar a la comisión. La consideración debe ser más por el lado de los ahorros en la parte fiscal, en la parte social y en el aumento en la productividad”.
-En proyectos anteriores, se pensó crear un tribunal administrativo de competencia. ¿Qué les molestaba de ese nombre?
No nos gustaba porque las autoridades de competencia, aunque deciden sobre temas y sancionan, no sólo eso hacen. El nombre tribunal hace énfasis en solo una parte de las funciones, que es de resoluciones sobre las sanciones por conductas anticompetitivas, pero deja de la lado áreas como abogacía, que es lo que hace la comisión para ver dónde hay barreras en los mercados.
“De repente, también deja de lado el tema de control de concentraciones que es una de las funciones mas importantes”.
-¿Qué otra herramienta nueva le parece importante dentro del proyecto?
Clemencia, es decirle a los miembros del cartel ‘si quiere venir a hablar con nosotros, darnos pruebas y es el primero que viene, nosotros le perdonamos la sanción’. Sin tener la herramienta de clemencia, es casi imposible detectar carteles, porque así se aprovecha del punto más débil de un cartel que es la desconfianza mutua que se tienen sus miembros.
“Si su competidor está vendiendo más, usted tiene un incentivo muy grande para bajar el precio y tratar de vender mas, de hacer esta trampa. Al decir, ‘mire si lo atrapamos la sanción va a ser muy alta. Pero si viene de primero y nos da la evidencia, lo vamos a perdonar’, eso es más o menos la mejor practica internacional”.