La Universidad Nacional (UNA) brindó un homenaje virtual a los estudiantes con mejores promedios y a otros más por su historia de vida o activismo social.
Aunque son personas con distintas experiencias y diversos orígenes, tienen algo en común: van más allá. Lo hicieron incluso con el desafío que significaron las lecciones virtuales, cuando de nuevo echaron mano a su creatividad y las ganas de trabajar con excelencia.
“Estas historias nos demuestran que en nuestra universidad tenemos presencia de mucho esfuerzo en los estudiantes. Escucharlos da mucha fuerza, no solo para hacer nuestro trabajo cotidiano, sino de la mejor manera”, señaló Alejandra Gamboa, vicerrectora de Vida Estudiantil de la UNA.
Nota 10
La Universidad premió a los tres mejores promedios de admisión a la Universidad, de los estudiantes de grado, y de los alumnos de posgrado. En todos los casos, ellos obtuvieron un 10.
El mejor promedio de ingreso de quienes llegaron en 2020 a la Universidad fue Ignacio Josué Mejías Sambrano. Él es oriundo de La Fortuna de San Carlos. Él comenzó su carrera de Comercio y Negocios en medio de la pandemia, pero asegura que logró vencer el reto de adaptarse a las clases virtuales.
“Espero seguir dando lo mejor de mí para seguir siendo el mejor”, manifestó.
En los promedios de grado, Mario Isaac Chaves Villarreal, también obtuvo un promedio de 10. Él es estudiante de Arte y Comunicación Visual.
“El arte siempre fue mi vida. Cuando tenía como siete años estaba participando en un concurso de oratoria y tenía que hablar de ahorros y bancos y plata, y yo de un momento a otro comencé a hablar de arte que es lo que me gusta”, comentó el joven, quien pospuso el inicio de sus estudios durante años para poder apoyar económicamente a su familia.
Por su parte, Gabriela Arroyo Lobo, estudiante de la maestría en Educación, fue galardonada como el mejor promedio de posgrado, también con una calificación de 10.
“Este posgrado ha sido muy importante en mi desarrollo profesional. La Universidad me enseñó a hacer una humanista que comparte el gusto por el conocimiento, por ayudar a la gente a aprender”, subrayó Arroyo.
Mérito estudiantil
La UNA también reconoce el mérito de los estudiantes que brindan su tiempo al servicio de la universidad y de la comunidad, o que su historia de vida y ejemplo constituye una inspiración para los demás.
Uno de ellos es Rhandy Mauricio Mora Padilla, quien fue merecedor del reconocimiento a servicio universitario, otorgado al alumno que se destaca por su responsabilidad, compromiso, participación, solidaridad y espíritu de colaboración y trabajo voluntario, en el ámbito universitario.
Mora es parte de la iniciativa iniciativa “Semillas de Esperanza”, que contribuye a llevar ayuda a personas en zonas indígenas y otras comunidades en vulnerabilidad socioeconómica.
“De mis partes favoritas del año son la fiestas de Navidad, donde se les lleva un regalo y se pasa un rato bonito con los niños. Este año cambiará mucho con la pandemia, pero ya estamos planeando para que ellos tengan una bonita Navidad”, expresó este estudiante de Administración en el campus Brunca de la UNA, en la zona sur.
En esa misma sede, en Puntarenas, Julissa León Núñez cursa su carrera de Comercio y Negocios. Esta joven, quien fue galardonada con el mérito a la persona social, es dirigente juvenil, pero, además es tricampeona nacional de triatlón en distancia olímpica.
“Yo vivo lejos de la U, pero esto me ha enseñado a ser muy disciplinada con los tiempos de estudio y de entrenamiento. La verdad, disfruto mucho de ambas cosas, pero no podría lograrlo sin todo el apoyo que tengo en la U”, reconoció León.
Estudiantes modelo
Otro grupo de universitarios fue galardonado por sus historias de vida, activismo y superación.
Uno de ellos es Jean Marco Castro, a quien un accidente cuando era niño lo dejó sin ver no más allá de sombras y siluetas. Sin embargo, nunca claudicó, se graduó de Economía y hoy cursa la maestría en Gerencia del Comercio Internacional.
“Uno está aquí también gracias a todas las barreras que se ha topado y que ha superado.El primero que tiene que creer en uno es uno mismo”, aseguró el muchacho, quien también es medallista paralímpico nacional.
Por su parte, Verónica Navas González es hija de una mujer indígena y desde pequeña se mudó al área metropolitana. Desde el arte, esta estudiante de Arte y Comunicación Visual, busca llevar un mensaje de sus tradiciones culturales con su trabajo “Heridas Coloniales”.
“Soy hija de blanco, crecí en esas dinámicas raciales. Me interesaba abordar esa experiencia desde la práctica artística. Ver cómo se recrean pautas culturales desde donde estemos, seguimos comiendo nuestras comidas”, manifestó Navas.
Finalmente, Luis Diego Umaña Jiménez estudia Gestión Empresarial del Turismo Sostenible en la sede Chorotega, labor que combina con su trabajo como operador de chapulín en una empresa piñera.
“En mi zona era imposible e impensable ir a la universidad, pero yo lo he logrado, aun en medio del trabajo y de mi tiempo como esposo y papá de dos chiquitos”, aseguró.
Él busca, con su esfuerzo, darle un mejor futuro a su familia.