El estudio en la revista The Lancet Global Health es claro: aunque se han dado mejoras, la alimentación está mal y si no hay un cambio, pueden tenerse problemas serios de salud.
Los investigadores enfatizan que la acción de los gobiernos de cada país, a través de estrategias estatales, es necesaria para que mejore la alimentación de las personas y se vean progresos en la salud pública.
“Las políticas públicas son esenciales para ayudar a las personas a llegar a dietas óptimas y así controlar la epidemia de obesidad y reducir el impacto de las enfermedades crónicas”, aseveró en un comunicado de prensa Fumiaki Imamura, coordinador del estudio.
En el país, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud pretenden bajar el impacto de los males crónicos.
“Acabamos de publicar la estrategia nacional, que incluye nueve metas enfocadas no solo hacia actividad física y dieta, sino también hacia tener espacios para hacerlo; no solo a atención, también a promoción de la salud”, comentó Margarita Claramunt, coordinadora de la Comisión Nacional de Enfermedades Crónicas y Obesidad.
Dicha propuesta impulsa la creación de más espacios para actividad física (como gimnasios al aire libre en parques públicos), estrategias de información y mejorar la oferta de opciones de comida sana.