Los conciertos al aire libre de Palmares son ya tradición y como buena tradición, nadie la cuestiona. Estar un domingo debajo del sol palmareño es tan cansado como se lee, pero miles de personas acuden cada año a bailar en el campo ferial y este domingo 20 de enero, la tradición continuó.
Este año parecía que la asistencia era menor, como ocurrió también en el tope y otras actividades de Palmares.
Quizá tenía que ver con que Tito el Bambino había tocado la noche anterior en el escenario de La Barra Imperial aquí mismo en Palmares; pero los que fueron, disfrutaron.
Bajo el Sol
Al mediodía DJ Kevin Barboza era dueño del escenario. Sin problema cambiaba de temas de la más vieja escuela de reguetón (como La Popola) a la nueva escuela: Ozuna, Manuel Turizo, Piso 21.
Unos bailarines salieron a escena a hacer una coreografía mientras sonaba Taki Taki, mientras un animador alborotaba al público, que aunque era poco estaba comprometido con la fiesta.
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"Vamos a brindar porque este siga siendo un país de paz y que las mujeres que están aquí sigan solteras... ", gritó el animador y el público gritó de vuelta.
Maná, Soda Stereo y Bersuit Vergarabat también sonaron en los enormes parlantes y el público reaccionó con toneladas de energía. Hay que ver lo que hace una canción de rock si se pone en el momento justo de un concierto de reguetón: nadie se quedó quieto.
Luego fue el turno de Los Ajenos que llegaron con todo el peso de su show: disfraces, utilería y por supuesto toda la energía que los caracteriza.
Al escenario llegaron en medio de una introducción musical dubstep y luego arrancaron con su tema Me vale un cu'.
“Con este calor dan ganas de estar como en la playa tomándose una buena birra”, dijo Luisga, líder del grupo. Pronto empezaron una seguidilla de temas dedicados a la fiesta playera.
Más adelante sorprendieron tocando Calma Remix de Pedro Capó y Farruko y luego Playa, montaña y sol de Gonín.
Hay que volver a decirlo: el calor en Palmares era intenso, pero el público no aflojaba. Cantaron y bailaron Pamela Chu y gritaron como si no hubiera mañana en Cómo te voy a olvidar.
“Grítenlo ustedes que yo no quiero una demanda”, dijo el cantante de Los Ajenos mientras el público gritaba improperios en el coro. Usted sabe cuáles.
Tras 40 minutos de concierto, Los Ajenos se retiraron con las canciones Mireya y Esto se va a descontrolar, otras de las que no faltan en su repertorio. Hacia el final de su presentación el lugar se veía más lleno y todo quedó listo para la llegada de Tito el Bambino.
El Patrón
Faltando 10 minutos para las 3 p.m., salió al escenario Tito el Bambino, quien hace unos 15 años atrás formaba un dúo con Héctor el Father. Este último se retiró de la música urbana para dedicarse a ser pastor en una iglesia evangélica, pero como dijo Tito en una entrevista previa al show, siguen siendo hermanos.
Tito inició el concierto con dos éxitos de peso: Flow Natural y Mi cama huele a tí. El público enloqueció una vez más y Tito probó que tenía mucha más música para mantenerlos atentos.
El puertorriqueño estaba acompañado de una banda de cuatro músicos y un grupo de seis bailarines. Del suelo del escenario brotaban llamas y al fondo de ellos había una pantalla con visuales. Eran más lujos de los que suele haber en un concierto gratuito, y fueron bien agradecidos.
Durante Llueve el amor, Tito subió al escenario a una chica, le dio una rosa y le habló frente a miles de personas. “Espero que un día tengas un novio que te cante así: te comencé a querer sin saber si tú a mí me querías...”, entonó.
"Démosle un aplauso a Jesucristo para que hoy todos estemos salvos y pasándola bien", solicitó Tito y el público le respondió con calidez.
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Siguieron los éxitos: el público de Palmares saltó y bailó pegado con Siente el boom y Pepe, dos de esas canciones que contagian hasta al más tieso para bailar.
El amor y Te pido perdón fueron los momentos de ponerle pausa al bailoteo y de romantiquear por un rato. El descanso fue agradecido porque el siguiente tema era Caile, otro himno del reguetón.
Tras una hora de concierto, El Patrón se despidió del público tico cuando el sol ya había bajado y cuando todo el mundo se preguntaba por la siguiente movida. Eso es lo mejor de las tradiciones: si se mantienen es porque dejan sentimiento de satisfacción.