La negación estaba latente. Todos los días inventaba alguna excusa para no ver Hannibal (la serie de NBC) porque para mí solo existía un doctor Hannibal Lecter y ese era el de Anthony Hopkins, sin discusión.
Sin embargo, tras varios intentos fallidos (a propósito) de ver el primer capítulo de la primera temporada de Hannibal , llegó el momento y pudo más mi pasión por las series de televisión que mi testaruda necedad de querer ver aquellos ojos de color celeste llenos de paranoia y psicosis, o de escucharlo decir con su particular voz: “Me gustaría charlar más contigo, pero voy a cenar a un viejo amigo”.
Lo hice, me dejé llevar. Las ganas por burlarme del Lecter de la pantalla chica (Mads Mikkelsen) se quedaron atrás; de primera entrada volví a sentir negación: ‘¿Cómo carajos esto me está gustando, si no hay nada mejor que Hannibal el del cine?’; pues descubrí, muy a mi pesar, que sí, que la historia del sádico y psicópata caníbal también se podía contar en capítulos.
Fue así como poco a poco me fui enganchando de la que para mi sincera opinión se iba a convertir en una serie de culto; se merecía unas seis, siete, ocho temporadas; no me importaba, aunque la trama de Hannibal estuviera basada cronológicamente solo en el libro Red Dragon, de Thomas Harris.
Trastada. Emocionada hasta la piel de gallina con la maravillosa y extraña relación entre Lecter y el agente del FBI Will Graham (Hugh Dancy) –y las magistrales interpretaciones de ambos actores–, un fin de semana recibí un trallazo: Hannibal fue cancelada tras su tercera temporada. Así, sin más ni más, no me voy a dar cuenta de cómo va a terminar todo esto; la noticia fue un balde de agua fría.
La negación ha vuelto, y pienso si debo ver la tercera temporada –que se estrena este lunes 3 de agosto en Latinoamérica por el canal AXN– o simplemente dejo al muerto ahí, tranquilo, sin moverse, sin revolverme más los sentimientos; pero no… por respeto a Lecter y a Graham voy a hacerlo y no solo por ellos, sino por el respeto a lo que considero una forma sólida de contar un drama magníficamente macabro que solo los que disfrutan de la buena televisión entienden.
El público de Hannibal se va a quedar con el sinsabor de seguir explorando a los personajes de la trama, a pesar de ya conocerlos.
Esa, según la prensa internacional y los críticos de televisión, fue una de las grandes barreras que se encontró Hannibal para continuar al aire y es que, al ser el programa transmitido por un canal de TV abierta, la cadena NBC, no pudo mantenerse por la forma oscura y sin tapujos en que los episodios se desarrollaban.
Otras razones salen a la luz: la audiencia es una de las más fuertes. Según el periódico El Tiempo de Colombia, la cancelación se debe a los bajos niveles de televidentes que ha ganado la serie desde su estreno (el capítulo Apéritif alcanzó 2.5 millones de espectadores). Acá se puede insertar una pregunta: ¿Acaso la serie no iba dirigida hacia un público específico? Las respuestas pueden ser muy variadas, porque el que no ha visto Silence of the Lambs , puede que no se interese en la historia de Lecter en la televisión.
Según The Hollywood Reporter, otro obstáculo fueron los derechos de autor del personaje de Clarice Starling: al parecer los creadores querían a Clarice en la cuarta temporada, pero el personaje no estaba disponible. Fallo.
El adiós. Para esta tercera temporada el cazador se vuelve presa. Los eventos del final de la segunda temporada llevarán al Dr. Lecter a vivir en una situación totalmente diferente a la que disfrutaba cuando comenzó la serie. En el primer episodio, veremos a Hannibal viviendo en Europa; sus viejos hábitos y gustos culinarios están aún presentes, mientras intenta adaptarse a su nueva identidad y vida.
Aunque él comienza a ser feliz en el extranjero, Hannibal no resiste la tentación de enviarle un regalo de San Valentín a Will Graham, por quien siente una extraña admiración.
En esta nueva entrega repiten personajes conocidos como Jack Crawford (Laurence J. Fishburne) y las incorporaciones de Richard Armitage (como Francis Dolarhyde) y Joe Anderson, quien interpreta a Mason Verger.