¿Cuánto crees que pagan las plataformas de streaming para que puedas ver series clásicas de televisión como Friends, la versión estadounidense de The Office o The Big Bang Theory?
Pues ojo a la respuesta: ¡cientos y cientos de millones de dólares!
A medida que las plataformas de streaming luchan a brazo partido contra sus nuevos rivales para atraer audiencia, las series clásicas de televisión se han ido convirtiendo en la joya de la corona.
"Es una guerra cuerpo a cuerpo", dice Dominic Caristi, profesor de comunicaciones en la Ball State University.
Netflix realizó 140 producciones propias en 2018, pero la serie más vista en su plataforma fue The Office, de la cadena tradicional NBC y que dejó de emitirse hace seis años.
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Según el sistema de audiencias Nielsen, Friends sigue a The Office y supera con creces cualquiera de las producciones del gigante del streaming.
Pero en 2021, Netflix tendrá que ceder los derechos de The Office, cuando la serie se mude a la plataforma de video de NBCUniversal. Ese acuerdo costará alrededor de $500 millones en cinco años.
Netflix también debe renunciar, a partir del 2020, a Friends, que viajará a la plataforma HBO Max, de WarnerMedia, a cambio de $425 millones durante cinco años.
Por si fuera poco, hay informaciones sobre la voluntad de HBO Max de hacerse con los derechos de las comedias The Big Bang Theory y Two and a Half Men por una cifra que podría rondar los $1.500 millones.
Cuando Netflix entró en el negocio de la televisión a la carta, allá por 2010, las cadenas de televisión y los estudios de producción mantuvieron la política de usar la plataforma streaming como la tercera opción para sacar rendimiento a alguna de sus producciones: primero la emisión original, después sus repeticiones y luego Netflix. Fue una manera fácil de sacar rendimiento a sus inversiones.
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Pero con casi 160 millones de suscriptores en todo el mundo, Netflix es una amenaza directa para los actores tradicionales de la industria de la televisión, que ahora lanzan sus contraataques.
"La gente quiere una experiencia que puedan compartir", señala Caristi.
“En los años dorados de la televisión, hablábamos de esas producciones sobre las que la gente charlaba al día siguiente en el trabajo. Las series que han estado durante más tiempo, como Friends, tienen una audiencia acumulativa: personas que la vieron en los años 90 cuando se emitió por primera vez, los que vieron las repeticiones y los que la están viendo ahora. Así son capaces de compartir esa experiencia con más personas”. agregó el académico.
Exclusividad.
A partir de noviembre, Apple y Disney se embarcarán en sus propias aventuras en televisión. WarnerMedia y NBCUniversal lo harán el año próximo.
Todas han gastado miles de millones de dólares para producir y adquirir contenido que pueda competir con la vasta oferta de Netflix. Todos exclusivos, pues esa debería ser la estrategia para triunfar.
Disney, por ejemplo, lo está dando todo con Disney+. En esa plataforma contará en su catálogo con todas las películas de superhéroes de Marvel, los clásicos animados de Pixar y las películas de Star Wars. Algunas de estas están ahora en otras plataformas.
El reto para Netflix.
Los cambios en esta industria, sin duda, le cambiarán la vida a Netflix.
"Creo que Netflix va a notar el efecto", vaticina Caristi.
“Seguirá siendo el número uno, al menos por un tiempo, pero va a perder mercado”, agrega.
Si se va The Office y Friends, su falta se va a notar. Sobre todo porque hacen reír.
Nadie cree que las series clásicas de los años 90 sean capaces por sí mismas de atraer suscriptores a las nuevas plataformas, pero para Caristi, les ayudan “a asegurarse de que haya suficiente contenido que interese”.
Y nada es tan valioso como una comedia, ni siquiera los recientes éxitos de la televisión como Breaking Bad o Mad Men.
"No tienes que verlas en secuencia. No tienes que saber mucho sobre los personajes. Puedes ver un episodio al azar", dice Caristi sobre el atractivo de estas comedias de media hora.
Comedias para siempre.
Las plataformas están dispuestas a pagar cientos de millones de dólares por series antiguas, pero no están dispuestos a desembolsar la misma cantidad para hacer una propia.
Ninguna de los gigantes del streaming que ofrece contenido propio está produciendo comedias de la vieja escuela, grabadas con público en un estudio.
“Parece que ya nadie sabe cómo hacer comedia”, observa Michael Lembeck, director de decenas de episodios de comedias, entre ellas Friends.
Para Lembeck, las comedias actuales son “provocativas y alternativas"pero no te involucras con ellas.
Para Dana Coen, guionista y profesora de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, las plataformas quizás dudan en hacer comedias “debido a la naturaleza propia del streaming, diseñado para ofrecer a los espectadores historias que se desarrollan como lo hacen las películas”.
Pero a pesar de eso, los observadores de la industria concuerdan en que no importa el aumento de la influencia de estas plataformas, las comedias perdurarán.
“Como muchas otras cosas en esta industria, una vez que un productor pueda presentar una comedia innovadora en una plataforma de streaming, los demás seguirán”, predice Coen.
James Michael Tyler, quien interpretó a Gunther en Friends, el encargado del Central Perk, señaló: “La gente quiere reír. Incluso más en estos días. Se necesita eso”.