Transcurría la década de los años ochenta, una que se caracterizó por vertiginosos avances y la expansión de la incipiente industria de las computadoras personales. En sencillo: una época llena de cambios sin precedente alguno.
En este escenario, el exejecutivo de la empresa IBM, Joe McMillan (Lee Pace), planea alterar el diseño del emblemático producto de sus antiguos jefes e impulsar a su actual compañía, Cardiff Electric. La razón es simple: iniciar su camino a la supremacía del mercado tecnológico.
Su oportunidad de oro llega cuando, algunos visionarios de la industria, han identificado la falla fatal de la IBM PC: su sistema operativo puede ser “descifrado”, código por código, y recreado con mejoras significativas. Es así como el mundo de las computadoras de escritorio se convierte en un juego para cualquiera.
McMillan lo sabe, y por eso se da a la tarea de reclutar a Gordon Clark (Scoot McNairy), un gran ingeniero que sueña con la creación de un producto revolucionario mientras intenta mantener a su poco comprensiva esposa Donna (Kerry Bishé); y Cameron Howe (Mackenzie Davies), una irascible joven prodigio que pone su futuro en juego para sumarse al proyecto liderado por el incipiente empresario.
Este hábil vendedor, junto a su ambicioso ingeniero y el cerebro femenino prodigioso de los códigos computacionales, tiene claro su objetivo: que su equipo de trabajo sea el verdadero protagonista de una transformación que dividirá el ámbito tecnológico en un antes y un después.
Sin embargo, es precisamente la idea de cambiar la cultura de negocios de la entonces llamada Silicon Prairie texana, desde sus bases, la que ocasiona que la tensión surja en el grupo. Todo ello mientras intentan hacerse camino por la línea que separa –muy delgadamente– la visión del fraude, la genialidad del delirio y la innovación del suicidio de negocios.
En los 10 episodios que forman parte de la primera temporada de Halt and Catch Fire , serie de estreno de AMC, el televidente explorará, junto a sus protagonistas, lo tenebroso que puede ser el camino de la genialidad y la innovación. Aquí no importarán los riesgos que se deban asumir, pues lo imprescindible será no desconfiar nunca del talento innato.