Lisboa. EFE Cesária Evora, la voz más importante de Cabo Verde y una de las más relevantes de toda África, se apagó ayer, sábado 17 de diciembre, a los 70 años en San Vicente, su tierra natal, víctima de problemas de salud que le hicieron dejar la música hace tres meses.
Su estado de salud había empeorado notablemente en los últimos meses, después de que en el 2008 padeciera un infarto cerebral.
La artista fue internada el viernes pasado en el hospital Baptista de Sousa, y murió ayer víctima de una insuficiencia cardiorrespiratoria y tensión cardíaca elevada, según informaron medios estatales lusos, dejando huérfano a un país, Cabo Verde, que tuvo en ella a su mayor exponente artístico.
Luto generalizado. Jefes de Estado, presidentes, ministros y numerosos representantes de la cultura lusófona coincidieron en lamentar su “irreparable” pérdida y consideraron a Cesária Evora “la traducción más universal de la palabra Cabo Verde”, aunque destacaron la supervivencia para siempre de su música.
La artista fue la principal responsable de dar a conocer al mundo el blues caboverdiano, la llamada morna, así como la coladera, similar a la anterior, pero con un ritmo más acelerado, géneros influenciados por Europa y Latinoamérica.
Clave en su llegada a la celebridad fue José da Silva, productor caboverdiano que la convenció para trasladarse a París, donde crearon juntos el álbum La diva descalza .
Los discos Mar azul (1991) y Miss Perfumado (1992), le dieron éxito y actuó con Chucho Valdés, Caetano Veloso y Compay Segundo.
Cize , como era llamada cariñosamente, publicó más de una veintena de álbumes y vendió más de cuatro millones de discos.
Recibió numerosas distinciones, entre ellos el Premio de la Música de la Unesco (1998), un Grammy a mejor álbum (2004) y la consideración de Caballero de la Legión de Honor de Francia (2009).
Entre los temas más conocidos de Cesária Evora se encuentra, sin duda, Sodade (nostalgia).