La actriz Felicity Huffman fue liberada de una prisión en el undécimo día de su sentencia de 14 días, por su participación en el escándalo de admisiones a universidades.
La agencia federal de prisiones de Estados Unidos dijo que la actriz de Esposas desesperadas salió la mañana del viernes, donde estuvo recluida en una prisión de baja seguridad para mujeres en el área de San Francisco.
Según las políticas carcelarias, los presos cuya liberación está prevista para el fin de semana, pueden salir de prisión el viernes. A mediados de mayo, Huffman se declaró culpable de pagar $15.000 a un consultor de admisiones para que un supervisor corrigiera las respuestas de su hija en el examen estándar de admisión SAT.
El 13 de septiembre pasado, la actriz fue sentenciada a pasar 14 días en prisión y pagar $15.000 dólares. Además, recibió una multa de $30.000 dólares, más 250 horas de servicio comunitario y un año de libertad vigilada. En esa oportunidad, Huffman se manifestó “profundamente avergonzada” por su actuar y ofreció disculpas a su hija Sophia.
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Huffman fue la primera de los padres sentenciados en un escándalo que involucró a decenas de ricos acusados de sobornar para que sus hijos ingresaran a universidades elitistas o hacer trampa en los exámenes de admisión. Otros involucrados enfrentan sentencias mucho más severas.
Huffman, habría recibido una sentencia leve, pues en el estrado demostró arrepentimiento y se declaró culpable.
“Me gustaría volver a pedir perdón a mi hija, a mi esposo, a mi familia y a la comunidad educativa por mis acciones", dijo Huffman en la corte.
“Y especialmente, quiero pedir perdón a los estudiantes que trabajan duro cada día para entrar a la universidad, y a los padres que hacen sacrificios tremendos para apoyar a sus hijos”, añadió llorando la actriz.
Más casos.
El martes, un jurado investigador en Boston presentó nuevos cargos contra la actriz de Full House (Tres por tres) Lori Loughlin, su esposo, el diseñador de modas Mossimo Giannulli, y otros nueve padres, por intentar sobornar a otros funcionarios vinculados a la estafa universitaria.
Sin embargo Loughlin y Giannulli se han declarado inocentes. Ahora serán investigados y su caso podría llegar a juicio para determinar su inocencia o eventual culpabilidad.
El cargo de asociación ilícita, para cometer soborno a un programa federal, conlleva una pena máxima de cinco años en prisión y una multa de hasta $250.000 dólares.
El caso de admisiones universitarias, el más grande que haya procesado el Departamento de Justicia, ha mostrado cuán lejos son capaces algunos de llegar para que sus hijos entren a universidades como Stanford y Yale.