“Una llamada cambió por completo el año de Pepe Vázquez. Era un día como cualquier otro, en su natal Montevideo, en Uruguay, hasta que escuchó el timbrazo en su celular.
“Quiero que vengás a hacer una obra acá en Costa Rica”, le dijo Andrés Montero, director costarricense de teatro.
“Pero, ¿cómo?”, se preguntaba Vázquez, “si estoy operado de las dos caderas, estoy más viejo que cuando interpreté El Rey Lear y uso bastón”, dice el intérprete de 78 años.
“¡Pues mejor!”, le respondió Montero, “cuanto más enfermo, mejor”, le bromeó. Vázquez no hizo más que reventarse en risa ante la réplica de Montero, a quien conoció durante los 90 en un montaje de la Compañía Nacional de Teatro.
El actor uruguayo no se imaginaba que Montero lo quería para interpretar un papel que se parecería tanto a su vida civil, y que además lo reuniría con uno de sus grandes amigos de las tablas: el chileno Rodrigo Durán Bunster.
“Ya tengo a un adulto mayor aquí en Costa Rica pero te necesito a vos. Te quiero a vos en la obra”, le confesó Montero.
Vázquez no lo pensó mucho: arregló su agenda y tomó un viaje hacia Costa Rica para montar La última fuga, obra que verá su estreno este fin de semana y que augura una interpretación sentida e inolvidable.
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En contrarreloj
Apenas Vázquez llegó a Costa Rica, se encontró con Rodrigo Durán, quien sería su compañero protagonista en la puesta en escena de La última fuga.
La obra, escrita por Samuel Benchetrit, retrata el desenlace de las vidas de Paul Blanchot (Rodrigo Durán) y Jules Tourtin (Pepe Vázquez), dos adultos mayores que se conocen en una sala de hospital y topan con una noticia escalofriante: a ambos les resta poco más de una semana de vida.
En vez de caer en una inmediata depresión, Jules y Paul se atreven a escapar del sanatorio para conocer el mundo por una vez más, con la esperanza de asombrarse hasta el último de sus respiros.
“Andrés me mandó el libro pero con una letra chiquitita. Me hicieron una impresión más grande y cuando la estaba revisando con unos amigos me dijeron que hicieron una película similar con Morgan Freeman y Jack Nicholson. Yo no vi la película ni la veré hasta que regrese a Uruguay, pero me impresionó mucho”, señala Vázquez.
El intérprete se refiere a The Bucket List, filme del 2007 que el mismo director Andrés Montero diferencia con certeza de la obra que se estrenará en el Teatro Espressivo.
“La película tira la historia por el lado espectacular y cosas hollywoodenses. Ponen a uno de los personajes como un millonario y eso aquí no interesa; aquí interesa el lado humano, los conflictos individuales, la relación de ellos con los otros personajes… Es una reflexión muy intensa”, asegura Montero.
Para el cuerpo teatral, la oportunidad de enmarcar una obra sobre el rechazo, depresión y abandono en el género de comedia es también una manera de eludir tabúes y entablar conversaciones necesarias.
“Significa una experiencia nueva en el sentido de que esta obra se desliza muy grácilmente entre la comedia y el drama, algo que no es tan común en la escena nacional”, indica Durán. “Es una comedia muy fina, delicada, de estilo europeo, donde lo cómico está relacionado con alguna situación que toca sentimientos, alegrías e incluso ilusiones y sueños humanos. Es como navegar en aguas múltiples, sin enfrentar un único género. Es una rica experiencia”.
“Esa es la parte delicada y el toque humano”, agrega Durán. “Poder abordar problemas que se tratan de evitar u olvidar, donde usualmente se toma una actitud evasiva. Lo atrayente de este este texto es que la comedia lo lleva a uno a reflexionar con risa”.
Para Pepe Vázquez, la afirmación de Durán no podría ser más certera, pues a nivel personal se identifica mucho con el contenido de La última fuga.
“Nos reímos mucho con este humor negro, que a veces llega a tocar temas como el cáncer, la enfermedad maldita. Yo ni la nombro en mi vida personal porque perdí a mi esposa por esa enfermedad, pero nos hemos acostumbrado a hablar con una frescura del tema, que me ha hecho pensar en la grandeza e inteligencia del autor”, señala el intérprete uruguayo.
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Más allá de las tablas
Andrés Montero manifiesta sorpresa ante el montaje de la obra. Para el director, La última fuga es una oportunidad de encontrarse con dos actores completamente conectados, a pesar de sus diferencias como seres humanos.
“Ellos son dos adultos mayores reales. No solo es ficción, sino que son actores veteranos que demuestran energía, fuerza y entusiasmo. Nos han contagiado de esa energía, de esa esperanza y espíritu”, señala el director.
“Yo había querido que nos volviéramos a ver y hablar con calma, pero quería sobre todo volver a actuar con él”, asegura Vázquez sobre su amigo Rodrigo Durán. “Es una amistad de años fuerte que, aunque yo hablo mucho y él es más introvertido, combina muy bien”, dice el uruguayo.
Durán, por su parte, no esconde la felicidad que le provoca reactivar una amistad que comenzó en 1977, cuando ambos actores trabajaron juntos en la Compañía Nacional de Teatro.
“Es sorprendente porque los dos somos muy diferentes, pero como buenos polos opuestos nos complementamos. Es interesante encontrar conexión en lo diferente, y nos hemos alimentado mucho de experiencias intercambiadas”, dice Durán sobre la relación con su compañero.
Ambos, ahora como abuelos, siguen sintiendo los nervios que un estreno provoca en sus cuerpos.
“A veces Rodrigo y yo nos quedamos hablando en las noches y sin intención de analizar, nos ponemos a comentar a los personajes. Es tan lindo porque hay una sutileza en la obra con la que nos identificamos. Sentimos que, haber vivido bastante, nos da una impresión muy fuerte sobre la vida. La obra retrata todo eso con sutileza”, finaliza Vázquez.
El estreno
La última fuga se estrena el viernes 22 de junio en el Teatro Espressivo, ubicado en el Centro Comercial Momentum Pinares. Además de Vázquez y Durán, el elenco se completa con Laura Montero y Winston Washington, quienes interpretan a cuatro personajes en la puesta en escena.
“Ellos son fundamentales. Tan siquiera son personajes secundarios porque atestiguan cómo los adultos mayores les cambian la vida, sea interpretando una mujer embarazada, un joven deprimido y otros roles”, asegura el director Montero.
La obra se extenderá del 22 al 29 de julio, con funciones los viernes y sábados a las 8 p. m. y domingos a las 6 p. m. Las entradas vip cuestan ¢17.000 (incluye bebida, ingreso preferencial a la sala y asientos en las primeras filas del teatro). El boleto general cuesta ¢12.000.
Los tiquetes se pueden adquirir en la boletería del teatro, en la página boleteria.espressivo.cr y llamando al teléfono 2267-1818.