Y el cine de terror... se llenó de sangre

En las últimas décadas, las películas de miedo dejaron de estar centradas en personajes fantásticos para ser el escenario de numerosas torturas y matanzas protagonizadas por homicidas muy humanos.

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Si el vampiro Nosferatu se sentara a ver una de las modernas películas de terror, seguramente se iría de espalda. Primero por el gran desperdicio de “deliciosa sangre” que encontraría en ellas y, segundo, por la enorme diferencia que hallaría entre los filmes de nuestros días y aquellos en los que él debutó, allá por 1920.








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