¿Qué le pasa a la comedia de Hollywood? ¿En qué parte de su trance se le perdió la brújula cómica y crítica a la vez? Lo digo ahora a propósito del estreno de la comedia
Ficarra y Requa gustan de darle un tono dramático a su cine, lo que podría ser válido en su cinta del 2009, con la historia de un amor homosexual y un personaje que se escapa de la cárcel, solo para ir a ver al novio de quien se enamoró en presidio. Sin embargo, con
Con ese forzado tono de comedia dramática, al contrario, el resultado es el de una farsa melodramática bastante cursi, sobre todo al presentar las calamidades del amor, y es más bien sosa si de reír se trata. Les cuento un poco el argumento para aclarar más la propuesta de esta crítica.
Tenemos la presencia de un matrimonio feliz hasta que resulta monótono. Cal y Emily se conocen desde la secundaria, se casan y tienen tres hijos. Un día Emily le es infiel a su esposo con un compañero de trabajo (ya sabemos que la comedia estadounidense es bastante misógina en cine, por lo que no es nada raro que cargue culpas en contra de la mujer). En una discusión, Emily se lo dice a Cal.
Cal se hace tirado del automóvil, lo que nos indica que también debe irse de su hogar y, como buen padre, extrañará a sus hijos, sobre todo al varón. Este muchachito está enamorado de la niñera y la niñera, a su vez, de Cal. Comienza a plantearse un disimulo de enredo.
Cal comienza a visitar un bar. Allí conoce a un tipo, quien es un auténtico y exitoso donjuán con las mujeres. Está claro: según la película, las mujeres son tan ingenuas que se van al primer clic (sigue la misoginia). El casanova le enseñará a Cal a ser tenorio exitoso, por lo que este se embrolla con la maestra de su hijo, precisamente antes de una reunión escolar, a la cual irá también Emily.
Sigue el enredo, solo que el filme no lo explota en términos realmente cómicos. Todo es tan liviano que más parece el caminado de un piojo por una peluca. Luego, el joven donjuán se enamora, ¿saben de quién?, ¡de la hija mayor de Cal y Emily!, mientras Emily no sabe si recuperar a su esposo o seguir con su amante.
Insisto,
Lo peor es que todo sucede a costa de forzar las conductas de los personajes, nunca bien delineados y llevados con malas actuaciones. Steve Carell actúa mal (como siempre): este hombre no diferencia el guaro de la leche. Julianne Moore repite su cansino papel de mujer sufrida y llorosa. Los demás ni pican ni cortan, excepto Marisa Tomei con su papel secundario como maestra de escuela.
La fotografía es parca, la música poco creativa, nada hay para resaltar en este filme, a no ser el clímax gracioso (sería el colmo que no). Esta es una comedia con un universo donde la frivolidad sustituye al ingenio y la fruslería se muestra, ¡vaya!, como eje de la conducta humana. No la recomiendo.