El cine es creatividad, pero en Hollywood es más bien algo parasitario: ante tanta película los guionistas andan por ahí a ver qué historia pescan, tenga o no relevancia. De todo sale. El problema es cuando nos quieren pasar por universales, temas que a ellos mismos, en Estados Unidos, apenas les interesan.
Tal es el caso de la película que ahora se estrena en Costa Rica, titulada The Disaster Artist: Obra maestra (2017; de James Franco), con una historia que en nada cambia nuestras rutinas ni nuestra visión de vida, así de prescindible.
De lo que se trata con The Disaster Artist: Obra maestra es hacer una película sobre otra (cine en el cine) que muchos consideran “la mejor mala película de la historia del cine”. Por favor, de verdad, baránjenme ese trompo en una uña. Eso es solo una opción comercial para la curiosidad humana, en especial la de los cinéfilos, y que cada mono agarre su rama.
Recuerden que el realizador Tim Burton, en 1994, tal vez con su mejor película, ya nos había dado un “biopic” sobre Ed Wood, considerado el peor director de la historia de Hollywood. Ahora la figura que es llevada a pantalla por el director James Franco es la de Tommy Wiseau, quien rodó el filme The Room (2003), pésimo drama que se le convirtió en comedia por las burlas y risas del público.
Eso es todo. Lo que vemos ahora es el proceso de trabajo de Wiseau y de su amigo Greg Sestero de manera absolutamente descriptiva, sin ninguna dimensión interesante, si acaso un poco con la amistad de Tommy y de Greg, ellos entre acercamientos y alejamientos, sobre todo cuando Greg deja a Wiseau para irse con la bella Amber.
Sin sustancia
The Disaster Artist: Obra maestra es filme ausente de dilemas sustanciosos que le den vida dramática al relato o le superen el tonito de comedia fácil al que acude. Más drama tiene la culebra del cuento cuando se cuestiona la vida tan arrastrada que lleva y más humor muestra tío Conejo cuando se burla de tío Coyote.
Cierto que la película The Room ha calado en cierto imaginario colectivo allá en Estados Unidos, como expresión de superficialidad, y esto justifica la reacción positiva de una parte de la crítica de ese país, pero aquí podemos distanciarnos de ese culto a las cosas sin importancia y decir que The Disaster Artist: Obra maestra es cine sin pujido alguno.
La dirección de James Franco se manifiesta sin pasión para recrear algo más interesante (le entra flojo todo), exagera de la cámara en mano y elude escarbar en aquellos aspectos que sí tienen misterio dentro de los hechos narrados: peca de mimético, incluso con su actuación como Tommy Wiseau, a quien lleva a la innecesaria deformación esperpéntica.
Su hermano Dave Franco es incapaz de expresar alguna emoción que le dé cuerpo al filme e igual sucede con la esposa de este en la vida real, Alison Brie, quien por dicha es sacada pronto de la historia narrada. La verdad, mejor hubiesen hecho un documental.
THE DISASTER ARTIST: OBRA MAESTRA
Título original: The Disaster Artist
Estados Unidos, 2017
Género: Comedia
Dirección: James Franco
Elenco: James Franco, Dave Franco, Alison Brie
Duración: 106 minutos
Cines: Magaly, Nova, Cinépolis, CCM, Cinemark
Calificación: Dos estrellas de cinco posibles