El dinero por la pesca escaseaba y quizá eso fue lo que motivó a Edgar Gerardo Agüero a ganarse una extra el lunes por la tarde, cuando decidió adentrarse en las aguas del río Tárcoles, en compañía de su sobrino Luis Núñez, para buscar un bote de batimetría que estaba perdido.
Desafortunadamente esa misma tarde, según consta en un video de una cámara de vigilancia, el kayak en el que viajaban ambos se volcó y desde entonces se acumularon horas y horas de angustia, hasta que este miércoles por la mañana los socorristas de Cruz Roja y los propios familiares encontraron los restos de ambos hombres.
Jeison Hernández, sobrino y primo de los fallecidos, confirmó que Edgar y Luis se dedicaban a la pesca y que desde el domingo un funcionario de una empresa, que él no pudo identificar, llegó a Tárcoles a contratar los servicios de pescadores que lo ayudaran a buscar un bote de batimetría, que sirve para medir la profundidad de los cuerpos de agua.
Ese día avanzaron aguas arriba en una panga, pero llegó un punto donde ya no pudieron subir más. Por eso, al día siguiente decidieron salir en el kayak pero desde las cercanías del proyecto hidroeléctrico Capulín - San Pablo, en Turrubares, San José.
Según Hernández, en el video se aprecia que el kayak se volcó poco después de que los hombres empezaron a navegar por el Tárcoles a eso de la 1:30 p. m. del lunes. Él presume que sus familiares se ahogaron, pues en ese punto el turbio río es muy caudaloso. Además, intuye que fue, aguas abajo, cuando los cocodrilos, desafortunadamente, se aprovecharon de los cuerpos inertes.
Agregó que fue hasta las 4:30 p. m. que se dio la alerta a los cuerpos de socorro y fue hasta las 8 p. m. que le avisaron a la familia que Luis y Edgar, a quien le decían Toro, se habían volcado. El martes encontraron un bolso y un celular de las víctimas y hasta el miércoles algunos restos.
Edgar Gerardo, de 42 años, era vecino de Tárcoles y tenía una chiquita de 12 años. Jason estima que motivado por mandar un poco más de plata para su hija, que vive en Puntarenas, decidió aceptar el negocio de buscar el bote. Recordó que el lunes fue el último día que lo vio con vida, pues vivían a la par. Su tío le dijo que iba “a una misión a Atenas” y salió con el kayak que era propiedad de otro allegado.
En tanto, Luis Núñez también era casado y deja tres hijos pequeños. Hernández sostiene que ambos se ganaban la vida pescando en playa Azul, en la desembocadura del río Tárcoles. Sin embargo, la pesca es inestable y no siempre obtenían recursos suficientes.
Este martes, mientras trabajaban en la búsqueda de ambos hombres, otros familiares le informaron a Jason que en Bajo Capulín habían encontrado algunas partes desmembradas. La escena era muy dolorosa; sin embargo lograron recuperar el cuerpo casi completo de Luis y los restos de Edgar Gerardo.
Hernández lamentó que nadie hubiese advertido que en esa área del río hay crecidas súbitas por la apertura de las compuertas de la hidroeléctrica. Según precisó, ahora están tratando de documentar quién contrató a ambos pescadores.