El Tribunal Penal de Goicoechea condenó, la mañana de este martes, a cuatro sujetos por el asesinato de la administradora de una farmacia en Guayabos de Curridabat, ocurrido en el 2014.
A Jonathan Araya Castillo le dictaron 27 años de cárcel mientras que a Víctor Mora Piedra, Jorge Mesén Piedra y Alexander Umaña Madrigal se les condenó a 22 años de prisión cada uno.
Con base en las pruebas aportadas por la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos, se demostró la culpabilidad de los cuatro hombres por homicidio calificado y robo agravado.
La víctima fue Rosberly Córdoba Murillo, de 24 años, quien era madre de un niño de tres años.
Según el Ministerio Público, los imputados realizaron un plan para llevar a cabo un robo con arma de fuego en la farmacia La Bomba, ubicada en Guayabos, para lo cual establecieron una distribución de funciones.
La tarde del 17 de diciembre del 2014, llegaron al local. Araya amenazó con el arma de fuego a los dependientes, mientras Mora custodiaba la entrada. Umaña y Mesén los esperaban en una moto y en un carro, respectivamente, para la huida.
Producto de las amenazas, Araya se apoderó del dinero que estaba en la caja registradora. Además, pidió que se le abriera la caja fuerte del local, por lo que se dirigió al fondo de la farmacia, donde se hallaban otros dependientes, entre ellos Rosberly Córdoba.
A Córdoba la obligaron a colocarse boca abajo, donde le dispararon en la cabeza, ocasionándole heridas que poco después le generaron la muerte en el Hospital Calderón Guardia.
Ante la imposibilidad de sustraer el dinero de la caja fuerte, los acusados huyeron con el botín que tenían.
Las investigaciones policiales permitieron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) capturar a los sospechosos en varios allanamientos realizados en Higuito y Calle Fallas de Desamparados, el 14 de julio del 2015, es decir siete meses después del homicidio.
Christian Alfaro Murillo, tía de la víctima, afirmó al terminar el juicio que estos años han sido muy duros para la familia que, hasta hoy puede cerrar una dolorosa página, pero dijo que la pérdida de Rosberly no es fácil de superar.
Zafarrancho
La lectura del fallo fue interrumpida este martes por un zafarrancho que se armó luego de que Jonathan Araya Castillo reaccionó en forma violenta al escuchar el fallo que lo enviaba de inmediato a celdas.
Los cuatro sujetos se encontraban libres, pero con medidas cautelares como la caución real desde hace casi siete años, cuando ocurrió el asesinato.
Por lo anterior, permanecían sin esposas en la sala de juicios, lo que facilitó la reacción inusitada justo en el momento en que los encargados de cárceles hacían su ingreso a la sala.
Ante la reacción del sospechoso, los custodios tuvieron que emplearse a fondo para controlar una eventual agresión al tribunal, fiscales y otros presentes en la sala de juicios.
El hombre gritaba “¡Soy inocente!”, mientras se quejaba y decía que tiene dos hijos.
El tribunal estuvo integrado por las juezas Mauren Monge Ureña, Rosaura García Aguilar y el juez Alfredo Arias Calderón.
Esta es la segunda vez en este mes que surgen hechos violentos en salas de juicio. El pasado 14 de julio, hubo otro altercado fuerte en el juicio contra la banda del líder narco conocido como El Gringo y la presunta suplidora de estupefacientes a esa red.
Dicho incidente ocurrió en el auditorio del OIJ, donde rencillas entre los imputados generaron una reacción violenta mientras los custodios llevaban a los sujetos a sus asientos.