Luego de sobrevuelos con un dron, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) afirma que el material que se desprendió la madrugada del miércoles en la ladera noroeste del volcán Irazú sobrepasa los 15 millones de metros cúbicos.
De acuerdo con Blas Sánchez, geólogo de la entidad, es muy poco probable que se forme un represamiento, pues aunque en ese punto nace el río Sucio, los caudales son muy bajos.
“Solo se ven unos cuantos lloraderos tal y como la han evidenciado las imágenes captadas con dron”, dijo.
El científico indicó que es aguas abajo, donde nuevas nacientes y afluentes fortalecen el caudal del río, donde habrá pocos cambios, pese a lo monumental del material caído.
“Lo que si va a ocurrir agua abajo es una alta sedimentación y el ascenso leve del nivel del río. En 1994 ocurrió otro deslizamiento en la zona y ese fue el fenómeno que se vio”, indicó el geólogo.
El playón en la naciente de ese río está en una zona selvática en las faldas del coloso, que tiene capacidad para asimilar el material.
El de este miércoles es uno de los desprendimientos más grandes de las últimas décadas y todavía seguirá bajando por partes, pues según Sánchez, aunque no se espera la caída de enormes masas, todavía hay suficiente material inestable en lo alto que irá precipitándose con el paso del tiempo.
La CNE está procesando la información sobre la cantidad de material removido y según los cálculos preliminares, lo que la cifra final podría sobrepasar en mucho las 15 toneladas.
El geólogo también indicó que a solo cuatro metros de la orilla, en la parte alta, hay equipos de canal 15, de varias emisoras y del Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart).
El canal 15, de la UCR, y radio Fides dejaron de transmitir desde el jueves, mientras trasladan los equipos a lugares más seguros.
El geólogo también afirmó que en ese volcán no existe suelo como tal, sino capas de ceniza alternadas con rocas de lava que dejó el proceso eruptivo entre 1962 y 1965 en ese macizo.
Sobre la vegetación que se veía en las imágenes previas a la caída de la ladera, dijo que se trata de arbustos débiles, propios de alturas como los 3.432 metros a que se encuentra ese coloso cartaginés.
“Por la altitud no hay desarrollo importante de vegetación, son arbustos de poco crecimiento. Aunque cubrían buena parte de la zona, no tienen más de metro y medio de altura”, explicó.
Ese material es muy distinto al que cayó en enero del 2018, cuando entre Siquirres y Matina se desprendió una pared del cerro Madre de Dios, de aproximadamente 10 millones de metros cúbicos, mayoritariamente de tierra, rocas y árboles, que cambiaron el cauce del río del mismo nombre.
Esa vez, por tratarse de una zona montañosa y deshabitada, la población tampoco sufrió daños.
Tecnología ilustra
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica elaboró una animación en tres dimensiones, con base en sobrevuelos de control, donde muestran la evolución del proceso desde el 2015 y como la aceleración del movimiento en la grieta principal, entre el 19 y el 26 de agosto, terminó con el colapso de la enorme pared.
De acuerdo con el vulcanólogo Cyrill Muller, del Ovsicori, con fotos aéreas se pudo realizar la animación que deja clara la magnitud del fenómeno.