Desde que ocurrió el deslizamiento de unos 25 millones de metros cúbicos de material en la pared noroeste del volcán Irazú, en Cartago, el 26 de agosto del 2020, la corona del sitio, de unos 250 metros de altura y una masa de detritos volcánicos y de arbustos quedaron con fuerte propensión a nuevos desprendimientos, por lo que las autoridades instan a terminar la movilización de las antenas, torres de telecomunicaciones y casetas en la cima.
De las 20 torres que estaban en la zona de riesgo, hay cuatro que ni siquiera han comenzado gestiones para su movilización, se trata de Radio Lira, American Data, Columbia y Canal 50, mientras que Radio Centro acaba de iniciar el proceso, lo mismo que la Cadena Radial Costarricense.
Según el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) ya se trasladó Cadena Musical al puesto 27, mientras que Raditel está próximo a reubicarse en un nuevo puesto. Otros que están en proceso son Omega y el Sinart los cuales están en este momento compartiendo infraestructura con otros permisionarios.
La insistencia por el traslado surge como medida preventiva, ante la eventualidad de más colapsos en el sector afectado.
Aunque el plazo para erradicar el sitio era en diciembre del 2020, diversos factores han retrasado la operación y solo 11 operadores han reubicado sus torres, algunos de ellos en cerros aledaños como el Gurdián, en Santa Rosa de Oreamuno, lugar al que se movilizaron los transmisores de la Universidad de Costa Rica.
El administrador del Parque Nacional Volcán Irazú, Mahyar Shirazinia, indicó que ante las dificultades que han tenido algunos permisionarios, se les ha recomendado buscar operadores con los que puedan compartir instalaciones en zonas sin peligro de deslizamiento. “Algunos ya se plantean iniciar con ese proceso”, indicó.
Además del área cercana a la corona, existe otra de peligrosidad intermedia y que es vigilada por científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica para establecer con precisión su nivel de estabilidad y modelar una posible tendencia. Fue gracias a esas labores que desde el 2011 se advirtió sobre el colapso en esa pared volcánica, pues la velocidad en la apertura de las grietas así lo evidenciaba.
Tras el colapso, una de las antenas cayó al vacío, lo mismo que la mitad de una de la casetas usadas por los técnicos para guarecerse de las inclemencias durante sus labores de mantenimiento. En algunos casos, los propietarios ni siquiera intentaron rescatar los equipos, pues constituía un riesgo para la vida de los trabajadores.
En la actualidad, un fuerte sismo como el que aceleró la caída de la pared noroeste en el 2020, podría generar otros deslizamientos. Las lluvias en la cima también son otro factor de riesgo, pues el peso del agua infiltrada ayuda a desestabilizar los terrenos vulnerables por su inclinación y falta de soporte.
Llamado urgente
Por todos estos motivos, Paola Vega, jerarca del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), llamó a los operadores a tomar las medidas oportunas dentro de sus competencias para salvaguardar la integridad física de las personas de mantenimiento, así como la continuidad de los servicios de telecomunicaciones que se prestan a la población.
“Nos hemos puesto a su disposición para que se nos informe si en el proceso de reubicación se presenta algún inconveniente o atraso de consideración, para que el Micitt pueda tomar las medidas oportunas dentro de sus competencias”, dijo Vega.
En el 2015, el Irazú tenía 84 torres de telecomunicaciones en un área de 15 hectáreas. Actualmente muchas de ellas siguen fuera de peligro, pero otras quedaron en área de riesgo. Por su ubicación estratégica a una altura de 3.432 metros sobre el nivel del mar, el Irazú, cuya última erupción fuerte ocurrió entre 1963 y 1964, ha sido usado con posterioridad para retransmitir señales de telecomunicación hacia un gran parte del territorio.
Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Investigación y Análisis del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias afirmó que desde que ocurrió el deslizamiento la zona quedó inestable y por eso diferentes instituciones coordinan el traslado de las estructuras hacia sectores más seguros.
Agregó que no existe riesgo alguno para los visitantes en parqueos, cafetería, tienda y miradores del Parque Nacional, tanto en el Irazú como en Prusia, los cuales son completamente seguros para su visitación. Incluso los senderos de Prusia llamados Los Abuelos, El Puma y Micaela, que en un inicio estuvieron cerrados, ahora están abiertos al público.
El director ejecutivo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, Rafael Gutiérrez, confirmó que todos los senderos en Sector Prusia están abiertos y que mantiene constante monitoreo del deslizamiento para tomar las medidas de prevención necesarias ante cualquier eventualidad.
Quienes afrontan riesgos son las personas que ingresan de manera ilegal, por lo que Gutiérrez hizo un llamado a los visitantes a no exponer sus vidas ingresando ilegalmente a zonas restringidas cercanas a los deslizamientos, tanto en la zona de las torres en el volcán, como en áreas adyacentes al sector Prusia.
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