El 23 de abril, a las 8 a. m., una funcionaria de la Reserva Biológica Lomas Barbudal observó una gran columna de humo cercana al Parque Nacional Palo Verde en Bagaces, Guanacaste. De inmediato alertó al administrador del parque, Manrique Montes, quien una hora después confirmó que las llamas estaban poniendo en riesgo la vegetación y el hábitat de miles y miles de animales.
Rápidamente, el fuego se propagó y en cuestión de un día, los reportes de la brigada de incendios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) validaban que 1.000 hectáreas habían sido consumidas por el siniestro que, se presume, fue provocado por criminales.
La tragedia tardó una semana en controlarse; sin embargo, hasta hace 15 días todavía se observaban focos de humo que se liquidaron por completo con los primeros aguaceros de la época lluviosa. Se quemaron 4.200 hectáreas, el 21% del área protegida que alberga a uno de los principales humedales del planeta, por ser un área de anidación, refugio y alimentación de aves acuáticas residentes y migratorias.
Con la fuerza del fuego y el humo murieron sapos, cocodrilos, armadillos, saínos, serpientes sabaneras y boas y miles de tortugas. La estimación científica es que murieron 40.000 tortugas candado, que no pudieron huir de las llamas.
¿Cómo llegaron a esa cifra? Los científicos hicieron un recuento de los animales muertos en un área de 10 hectáreas y a partir de ahí extrapolaron cuáles son las especies más afectadas.
Un informe de inventario de fauna de vertebrados en Palo Verde, compartido por Alexánder León, director del Área de Conservación Arenal Tempisque, precisa que en ese espacio encontraron 113 animales muertos, 98 (87%) eran tortugas jóvenes, adultas e incluso algunos huevos con neonatos que murieron cuando intentaban huir, ya que se encontraron con sus extremidades y la cabeza fuera del caparazón.
Según ese documento, al hacer una estimación proporcional del área, suponiendo que todo el ecosistema estaba siendo utilizado por estas especies o similares, ‘se puede predecir de forma conservadora que murieron cerca de 40.000 tortugas candado’.
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A criterio del director del área de conservación Arenal Tempisque, Alexánder León, de las 4.200 hectáreas, aproximadamente 380 fueron solamente bosque, ecosistema que podría tardar en recuperarse de 15 a 20 años, entretanto, los humedales, rodeados mayoritamente por Typha, un pasto invasor, podrían durar diez años.
De acuerdo con León, en años anteriores el parque ha registrado incendios forestales, sin embargo, no fueron tan severos como el de abril pasado. “Cuando yo veo el sector, sabíamos que íbamos a tener un incendio no menor a 1.000 hectáreas, sabíamos que el combustible (hojas secas, ramas) el acceso y las condiciones eran muy difíciles”, explicó.
El siniestro inició en el humedal, cerca de la laguna Palo Verde, y poco a poco se fue extendiendo al borde del bosque tropical seco que caracteriza el lugar. La gran cantidad de humo que existió y la particularidad del evento afectó comunidades aledañas como Nicoya y Hojancha.
Parque Nacional Palo Verde
Los humedales abarcan más de la mitad del área del parque.
FUENTE: Sinac || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Aunque el caso pretende elevarse al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), León aseguró estar 100% seguro de que el incendio fue provocado por cazadores furtivos. Aunque todavía no han dado con los responsables, existen indicios para identificarlos, por la zona donde comenzó el fuego y por el acceso donde presuntamente ingresaron.
“Ese sector es muy frecuentado por ese tipo de cazadores. En los próximos días vamos a presentar el informe para ver si tratamos de ubicar a una persona sospechosa. Es difícil porque es una zona aislada y difícilmente haya testigos, pero vamos a iniciar las investigaciones porque estamos seguros de que fue provocado por cazadores”, comentó León.
Óscar Mora, director del Programa de Manejo de Fuego del Sinac, sostuvo que no ocurría un incendio de esta magnitud en esa zona desde hace ocho años. De las 5.367 hectáreas consumidas por el fuego en incendios forestales en el 2023, el 78% (4.200) se concentran en Palo Verde.
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‘Es difícil volver a recuperar el mismo bosque’
Albert Morera, académico del Programa de Dinámica de Bosques y Restauración de Ecosistemas de la Universidad Nacional (UNA), enfatizó que es difícil que se vuelva a recuperar el mismo bosque que existía, pues la evolución y el cambio climático solo permiten restaurar un porcentaje muy alto de las especies, pero nunca igual.
“Si el incendio fue superficial en ocho o nueve años ya usted ve una dinámica muy cercana en las lagunas, porque hay plantas de corte bajo y ciclos de vida cortos de 30 a 40 años o ciclos anuales, pero no es así en la zona de bosque, donde tenemos ciclos de vida con árboles que van más allá de los 400 años”, comentó.
A pesar de que los incendios suelen ser muy agresivos y queman principalmente vegetación de menos de dos metros de altura, los árboles más gruesos tienden a sobrevivir, debido a las cortezas gruesas que les permiten resistir condiciones calientes y exposiciones en zonas secas, explicó Morera.
Morera sugiere que la recuperación del bosque podría tomar alrededor de 14, 16 o 18 años. Además, menciona que existen dos tipos de restauración que se pueden considerar: la restauración pasiva y la activa. La restauración pasiva implica permitir que el sitio se regenere por sí solo, lo cual solo requiere tiempo. Por otro lado, la restauración activa implica intervenir para acelerar el proceso.
“No todo es sembrar, la gente piensa que cada vez que vamos es a sembrar y no. Hay que ver en primera instancia cuál es la capacidad de respuesta, hay que ir a liberar algunos árbolitos que ya vienen, tal vez algo de mantenimiento, darles espacio y técnicas a nivel silvicultural, que pueden ayudar mucho”, añadió.
Control de incendios forestales
El Programa de Manejo de Fuego del Sinac reporta 59 incendios en el 2023, de esos 33 ocurrieron en áreas silvestres protegidas como el de Palo Verde. En estos casos, el control es responsabilidad de la brigada de refuerzo de incendios del Sinac, no obstante, cuando el evento aumenta de categoría y se vuelve insostenible, pueden solicitar ayuda al Cuerpo de Bomberos, para contener las áreas fuera del patrimonio del Estado.
Así ocurrió y el 28 de abril llegaron al lugar 15 bomberos en vehículos 4x4 estilo pick up y unidades forestales todo terreno, diseñadas para ingresar a grandes distancias en condiciones difíciles. Llevaban en sus espaldas bolsas con 2,5 litros de agua, así como sopladoras, machetes y todo el equipo necesario para abrir camino a través de la maleza, debajo de la tierra y crear cortafuegos.
“Apagarlos con agua es muy difícil, no hay condiciones; una unidad de Bomberos convencional de nada sirve ahí. El agua es para apagar pequeños fuegos, no el incendio grande como tal porque no nos da tiempo, si empezamos por un lado cuando llegamos al otro extremo ya lleva dos kilómetros adelante”, explicó Luis Salas, director operativo de Bomberos.
“La brigada trabaja en fila haciendo una brecha y ampliándola lo más que se pueda, se hace una especie de herradura para poder cortar el fuego. El 29 de abril, un día después, se dio por controlado. Cuando se tiene recurrencia de incendios en estas zonas, se diseñan planes de trabajo para poder segmentar esas áreas y que no se quemen espacios tan grandes”, agregó.
El Parque Nacional Palo Verde fue declarado como sitio Ramsar en 1991 debido a su importancia y singularidad como humedal, así como por las funciones que brinda, las cuales garantizan la diversidad biológica.
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