El encargado de la planta de tratamiento de aguas del Hospital San Carlos encontró el feto de un niño de seis meses de desarrollo, cuando realizaba sus labores rutinarias en dicha planta. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó de que a eso de las 9 a. m. fueron alertados del hallazgo.
Los agentes judiciales realizaron el levantamiento de los restos e iniciaron la investigación para tratar de determinar cómo llegó el cuerpito a ese sitio y quién o quiénes serían los responsables. Los análisis forenses podrían dar pistas, mientras que en el centro médico también colaboran con las autoridades para tratar de esclarecer lo ocurrido.
De acuerdo con Edgar Carrillo, director del hospital, el caso es reciente, ya que el feto aún no presentaba muestras de descomposición. Expresó que al ser alertados, se dirigieron al sitio y luego de confirmar procedieron a avisar al OIJ y a la Fiscalía.
Inicialmente se presume que el o la responsable lo depositó en uno de los servicios sanitarios internos o externos del centro médico, pero no descartan otras posibilidades. Agentes del OIJ se hicieron cargo del levantamiento del feto, que fue llevado a la morgue judicial donde le realizarán los análisis respectivos.
Carrillo recordó que hace aproximadamente cinco años había ocurrido un caso similar, con un feto mucho más pequeño. Ahora las autoridades darán seguimiento a las pacientes embarazadas atendidas en ese centro médico, para determinar si en ese primer grupo estaría la persona involucrada en este asunto.
No solo en los hospitales suelen darse estos hallazgos, el 12 de junio del 2019 un grupo de recolectores de basura de Moravia dieron con un feto de unos cinco meses de desarrollo en una de las bolsas de basura que estaban en la acera. Esa vez también intervino el OIJ. El hecho ocurrió 50 metros al sur de la Farmacia Central, en las cercanías de la finca de recreo del Colegio de Farmacéuticos.
Otro caso ocurrió en julio del 2018 en Alajuelita, cuando vecinos dieron con un feto en el gallinero de una propiedad que compartían cinco viviendas de alquiler, unos 300 metros al norte de la Iglesia católica de San Felipe, en la carretera que comunica con La Aurora.
El resultado de las investigaciones suele tomar muchos meses y casi nunca trasciende.