¡Auxilio!, grito en mi mente frente a una montaña de ropa que está sobre mi cama. Según la gurú japonesa del orden Marie Kondo, lo primero que hay que hacer para ordenar un clóset es vaciarlo todo, incluidos los cajones, y hacer una pila.
“Esto le cuesta mucho a la gente. Muchos se sienten demasiado sobrepasados y colapsan, pero siempre funciona”, me cuenta Paulina Rojas, de la empresa chilena especializada en orden OrganizArt, quien hoy me ayuda en mi misión: arreglar mi clóset al estilo de Marie Kondo.
Su método KonMari se volvió un fenómeno luego de que Kondo vendiera más de cinco millones de sus libros sobre cómo ordenar la casa y protagonizara una serie que actualmente se transmite en Netflix.
Solo en Instagram, el hashtag #mariekondo acumula cientos de miles de fotografías de quienes siguen su filosofía. Fue nombrada en 2015 una de las mujeres más influyentes del mundo por la revista Time.
Sigo las directrices del método y tomo cada prenda en mis manos, siento la textura y me pregunto ¿me hace feliz? Si la respuesta es no, agradezco por haberla usado y la dejo ir. Pero a la décima pieza ya me siento cansada como para saber si un calcetín me hace feliz y comienzo a elegir bajo otro criterio: si no me lo he puesto en años, lo desecho.
Este es uno de los problemas del método para los latinos, me dice desde Buenos Aires Marietta Vitale, organizadora profesional argentina. “Hay mucha diferencia cultural. Quizás los asiáticos tienen una sensibilidad distinta, pero tengo muchos clientes que piensan que agradecerle a la ropa es una tontería”, me dice.
“En Estados Unidos acumulan, pero también sacan y tú ves por las calles sillones que han desechado, pero en otras culturas nos cuesta despegarnos de las cosas y uno ve que la gente compra un celular nuevo, pero acumula los cinco anteriores, por si acaso”.
De hecho, desprenderse fue la parte más difícil para Paula Bravis, quien conoció el método en enero y rápidamente lo aplicó en su casa. Marie Kondo asegura que solo se deben dejar 30 libros, por ejemplo, pero para ella fue imposible, según me cuenta.
En este momento a mí no me dan probleman los libros, pero sí una cartera que me regaló mi madre y que no he usado en años, unos jeans rotos que me recuerdan un lindo viaje y un short que me regaló una de mis mejores amigas. También descubrí un sombrero que no recordaba que tenía y que he usado poco. No estoy segura de dejar ir todo esto.
Después de dos horas, comienzo a identificarme con la ansiedad que manifiestan las familias de la serie. Me falta muchísimo para terminar y aunque todo parece ir bien, tengo la sensación de que no podría hacer esto sola.
Marie Kondo dice que la ropa se debe tratar con amor, de lo contrario, se agobia, pero el agobio lo tengo yo entre tanto trapo.Finalmente, después de otra hora, termino con una bolsa de ocho kilos de ropa para donar. Según Marie Kondo, es lo que debo hacer. Nunca botar. Y aún estamos a la mitad del camino.
¡A doblar!
Ahora debo organizar todo lo que pasó la etapa de la felicidad. Nos disponemos a doblar según el método, que indica estirar la prenda y doblar los bordes hacia el centro en una línea imaginaria. Luego doblar la parte de arriba hacia el centro y volver a doblar en tres partes.
Doblé camisas, suéteres, ropa interior y ¡hasta los jeans! Aunque Paulina me enseña con paciencia, no logro doblar como ella. Me pregunto si seré capaz de hacer esto todos los días. Estoy cansada física y mentalmente, pero ver la cantidad de espacio que va quedando ahora me da satisfacción. Admito que me siento más liviana.
Según Marie Kondo, la idea es ordenar todo en organizadores dentro de los cajones. Esto permite ahorrar espacio. "Al final, de eso se trata. De cambiar la mentalidad de apegarse a todo y poder abrir un cajón y ver lo que hay. La gente te dice que quiere simplificar su vida”, dice Antonia del Río, dueña de la empresa O-tres, dedicada al orden.
Aunque no logro doblar mi pijama perfectamente, tengo espacio entre los colgadores y sé dónde está la blusa que quiero usar. Mientras me visto, pienso que no podría hacer esto sin ayuda, pero que vale la pena. Creo que nunca había estado tan feliz de vestirme.
Para tener en cuenta
Algunas recomendaciones de Marie Kondo:
- Es recomendable ordenar gran parte de la ropa en cajones. Así es posible sacar una pieza sin desordenar el resto y visualizar.
- Hay que guardar todos los objetos del mismo tipo en el mismo sitio; ejemplo correas, corbatas. Así evitamos dispersar el almacenamiento.
- La ropa debe doblarse de manera vertical, ya que así ocupará menos espacio.
- Desechar es importante. Todas las cosas que no se han usado en años o que están guardadas “por si acaso” es mejor donarlas, según Marie Kondo.