Llenan las agendas de sus hijos de actividades extracurriculares, se encargan de sus asignaciones escolares, les limitan la leche porque creen que son intolerantes a la lactosa, no los dejan levantarse de la mesa hasta que acaben con el último bocado...
Es posible que alguna vez en su vida se haya topado con padres que tienen conductas similares o incluso que implementan medidas aún más extremas para asegurar el bien de sus retoños. Todas se incluyen en lo que se conoce como padres helicóptero o hiperpadres, un fenómeno muy común en los Estados Unidos que ha empezado a apreciarse en otras naciones.
El término surgió en 1969, cuando fue mencionado en el libro "Between Parent and Teenager" del sicoterapeuta Haim Ginott. En su obra, el autor menciona a un adolescente que se refiere a su madre como aquella que "vuela bajo, sobre mí, como un helicóptero".
Para los especialistas ticos, es pan de cada día. "Desde aproximadamente el año 2005, empecé a observar en mi práctica profesional, un "sobre-involucramiento" de mamás y papás, en el proceso de crianza de sus hijas e hijos, a todo lo largo de las distintas etapas del desarrollo", cuenta la terapeuta y especialista en arteterapia Angela Bulgarelli.
"He observado que en lugar de preparar a sus hijas e hijos, para la vida, parecen estar protegiéndolos de la vida", añade Bulgarelli para quien este tipo de padres alejan a sus hijos de la felicidad infantil, al ajustar la vida de los niños a una infancia "diseñada" al gusto de los padres. Por ello, les limitan el tiempo libre y asumen sus labores escolares: son, por ejemplo, de los que no permiten que el hijo pinte la maqueta de los volcanes de Costa Rica o los que diseñan el trabajo de la feria científica que luego el niño deberá aprender de memoria para exponer tal y como su progenitor lo concibió.
Además de las actitudes diarias, los papás helicóptero se manifiestan en el lenguaje. Frases como "estamos en primer grado", "tenemos que hablar con el maestro de Español" o "se nos acerca el paseo de salida a vacaciones" son, para Bulgarelli, ejemplos claros de madres o padres que "vuelan bajo".
"Cuando escucho a mamá o a papá hablando en términos de "nosotros", percibo la magnitud de cuánto están deprivando a su hija o hijo de vivir su propia experiencia, su propia vida", señala la experta quien afirma haber conocido adolescentes que nunca han hecho un trabajo académico por sí mismos.
Alzar vuelo, ¿cómo?
Lo primero para dejar de ser un padre helicóptero es reconocerlo y si usted llegó hasta este recuadro es posible que ya haya ese primer paso. Según Ángela Bulgarelli, estos son los siguientes:
- Reconozca que su hijo puede presentar conductas como ansiedad, es temeroso a los cambios, poco proactivo, no conoce la independencia y tiene un constante temor a fallarle a sus progenitores.
- Aprenda y reflexione sobre tipos de crianza positivos.
- Busque dentro de sí mismo cuáles son las razones subyacentes que le hacen actuar como un padre helicóptero, ¿sobreprotege a su hijo por su inseguridad personal?
- Construya un plan de acción para ir eliminando estos tipos de crianza.
- Convierta esos cambios en permanentes.
- Es muy posible que necesite acompañamiento sicológico y especializado durante este proceso. Lo mejor es acudir a un especialista para evaluar sus conductas y trabajar en ellas.
Los economistas Matthias Doepke y Fabrizio Zilibotti han puesto sobre la mesa una discusión que involucra a los padres helicóptero: la relación del sistema económico con los estilos de crianza de los padres. Su trabajo, publicado en el National Bureau of Economic Research, proponía que los padres pueden elegir entre una crianza autoritaria, permisiva o persuasiva según los beneficios que podría implicar una u otra. Así, en la sociedades donde la desigualdad es más marcada, los padres son más autoritarios o persuasivos con el fin de que sus hijos alcancen un mayor nivel educativo, lo que se traduciría en el acceso a, al menos, la clase media y el éxito económico.
A través de una encuesta, los investigadores determinaron que en países como Suecia o Noruega -con bajos niveles de desigualdad- los padres determinaban como actitudes deseables en sus hijos la "imaginación" e "independencia". Al contrario, los padres estadounidenses o chinos, por ejemplo, antepusieron valores como "obediencia" y "trabajo duro".
Al respecto, Ángela Bulgarelli opina que achacar la existencia de este tipo de padres al sistema económico y una sociedad competitiva es simplista. "Detrás de cada mamá o papá "helicóptero", hay una historia personal de vida y rasgos de personalidad propios. No hay una "receta" o listado de características general para definir a estas mamás y estos papás. Los factores que convierten a una mamá o a un papá, en "helicóptero" son individuales y personales", recalca.
Sin importar las razones de fondo, lo esencial es que cada uno trabaje en las actitudes que inciden en el exceso de control a los hijos, el cual puede ser igual de dañino que la falta de él. Lo esencial, es buscar un camino que permita la formación de un individuo independiente y capaz de afrontar los obstáculos de su vida.