Nuestra anatomía tiene sus encantos pero también sus desventajas con respecto a los hombres: no podemos orinar de pie detrás de cualquier árbol y además somos más propensas a sufrir infecciones urinarias.
Este tipo de infección genera molestias muy incómodas como dolor intenso al orinar, ganas constantes de ir al baño, cambios en el color de la orina y, en algunos casos, hasta fiebre y dolor en la zona baja de la espalda.
El hecho de que nuestra zona vulgar tenga sus tres orificios (uretra, vagina y ano) tan juntos facilitan que se pasen bacterias de un lugar a otro y, por lo tanto, estamos más expuestas a infecciones.
Por eso es tan importante que desde niñas nos enseñen la manera correcta de limpiar esta zona porque una mala técnica puede traer consecuencias en la salud. ¿Cómo hacerlo bien? Limpiando siempre hacia atrás, de esta manera evitamos pasar restos de heces a los orificios de uretra o vagina, no solo estaremos evitando infecciones urinarias sino también vaginales.
Recuerden: siempre de adelante hacia atrás. Hay que prestar especial atención a niñas que estén en entrenamiento para aprender a ir al baño solas, así como personas con discapacidad o adultas mayores que necesiten asistencia.
¡Evite aguantar!
Otro gran error de las mujeres es aguantar las ganas de orinar. Es cierto, no tenemos la ventaja de una pipí que se puede sacar detrás de cualquier árbol pero tampoco debemos llegar a los extremos de buscar un baño hasta que sentimos que la vejiga se nos va a reventar.
Este es un gran defecto de las mujeres del siglo XXI. Hoy en día pasamos entre reuniones, atendiendo a los niños, asistiendo a clases o cursos, terminando pendientes, apagando incendios... y, para peores, pasamos gran parte de nuestra vida dentro de un carro pegada en alguna presa. Entre tanto ajetreo solemos postear ir al baño hasta que ya sea inevitable hacerlo. Eso no solo es una posible causa de infecciones sino que también nos hace crecer la vejiga en tamaños anormales.
Tenga en cuenta que al orinar, además de eliminar líquidos también se hacer un barrido de bacterias que el cuerpo necesita expulsar. Aguantar y aguantar impide que esas bacterias salgan en un tiempo prudente y necesario, poniéndonos en riesgo de desarrollar una infección.
Nunca hay que esperarse hasta sentir dolor o incapacidad de sostener más la orina. Lo recomendable es asistir al baño cada tres horas aproximadamente, así no sienta ganas. Si sus labores diarias la obligan a estar mucho tiempo en la calle y sin acceso a un servicio sanitario fijo, le recomendamos andar siempre un paquete con papel higiénico y un tarrito de alcohol en gel para desinfectarse las manos, y ubicar baños de acceso público donde pueda vaciar su vejiga.
¿Cuánta agua está tomando?
Si se nos olvida ir a orinar, ahora imagínese a cuántas personas se les ha de olvidar tomar la cantidad de agua necesaria. Este es otro elemento fundamental para prevenir infecciones en sus vías urinarias. Cuánta agua tomar depende de su tamaño y peso, sin embargo, la recomendación médica general es consumir 8 vasos de agua diarios. La poca ingesta de líquido es una de las principales consecuencias de las infecciones urinarias.
El agua siempre será el líquido más noble para el cuerpo, pero también se pueden consumir jugos de frutas que acidifiquen la orina como los cítricos y los arándanos. El contenido químico de estas frutas trabajan sinérgicamente con los antibióticos, en caso de que ya se haya diagnosticado una infección urinaria.
Asimismo, se ha detectado que el estrés es un factor desencadenante de diversas enfermedades, entre ellas las infecciones. Así que se recomienda tener un estilo de vida saludable, con buena alimentación, ejercicio diario y niveles de tensión bajos: esa es la clave para mantener su vejiga y el resto de su cuerpo sano.
Tratamiento
En la medicina la clave siempre es la prevención, sin embargo, cuando ya existe una infección en el cuerpo hay que atenderlo con antibióticos, los cuales solo pueden ser recetados por un profesional médico.
Será necesario un examen de orina y, en algunos casos, un urocultivo que es un examen más específico para determinar el tipo de bacteria.
Además de los antibióticos, el médico podrá recomendar tratamientos paralelos que aumenten las defensas en las vías urinarias o que ataquen las causas de la infección, por ejemplo, tratamientos hormonales en el caso de que haya falta de estrógenos.
La forma de atacar una infección urinaria es muy individualizado y dependerá de la edad de la mujer, si está o no embarazada y su historial médico.
Aquellas mujeres en etapa de gestación deben prestar mucha atención a este padecimiento porque es muy común durante el embarazo. La razón es que cuando se está embarazada el cuerpo entra en un estado de inmunosupresión, esto quiere decir que las defensas bajan para que no se ataque la nueva vida que se está formando pero también la madre se ve más expuesta a adquirir enfermedades. Así que como parte de la rutina de los chequeos prenatales de cada mes se realiza un examen de orina.
Fuente: Dra. Teresita Soto, ginecóloga de ASEMBIS (tel.: 2285-5881).