Entre dos personas que llegaron al acuerdo de mantener una relación exclusiva, suele acechar el miedo de una infidelidad. Este es un comportamiento común y una de las principales razones las cuales las parejas llegan a un consultorio de terapia.
Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos años. Las tecnologías de comunicación han hecho que una infidelidad sea más fácil de detectar, e incluso, más fácil de cometer.
Detrás de una pantalla de teléfono o computadora solemos tener un comportamiento más desinhibido con otras personas, lo que ocasiona que hablemos y actuemos de manera más extrovertida a través de las redes sociales.
De igual manera, la tecnología también facilita que la pareja encuentre evidencia de la infidelidad, y así tener prueba para reclamar y poder separarse.
¿Qué es infidelidad?
Existe una diferencia en la percepción del concepto entre hombres y mujeres (no general pero si mayoritaria) que crea cierto nivel de conflicto en la interacción de pareja, convirtiéndolo en un motivo de discusión.
Por una parte el hombre tiende a justificar su conducta diciendo que como no hay coito o contacto físico, no es infidelidad; la mujer, por su parte, manifiesta que con solo mensajes románticos dirigidos hacia otra persona, enviar fotos íntimas o tener pensamientos eróticos o románticos hacia un tercero, ya eso es infidelidad.
Si nos ponemos teóricas, la infidelidad es una conducta que se presenta indistintamente del estado civil de la pareja, que busca solucionar los problemas propios o de la relación. Sucede cuando se guarda un secreto de lo que se siente o cuando hay contacto sexual hacia una persona externa a la relación, quebrantando así la confianza y el acuerdo previo de exclusividad.
¡Lo agarré!
Cuando se descubre una infidelidad se experimenta miedo, angustia, desesperación, tristeza, resentimiento, decepción, humillación e inseguridad.
Además, se puede desarrollar temor al volver a iniciar una nueva relación, desencadenando síntomas similares a los de un estrés post traumático. En otros casos, movidas por ese miedo, estas personas optan por quedarse solas, con tal de no volver a pasar por la misma experiencia. O bien algunas sienten temor a contraer alguna enfermedad venérea si tenía relaciones sexuales con su pareja, luego de saber que él o ella le era infiel.
Entre las consecuencias está una ruptura, desconfianza en caso de que la relación continúe, agresión física o sicológica, la autoestima cae en picada y constantes discusiones entre la pareja.
Si la infidelidad fue descubierta por un mensaje en el celular o en el chat de Facebook (por mencionar algún caso) al inicio no se sabe cómo reaccionar. ¿Se vale reclamar por un mensaje en su cuenta personal?
Lo recomendable es no andar revisando el celular o el correo de la pareja, esto denota desconfianza en la pareja e inseguridad personal. Mejor siéntese a conversar con él o ella abiertamente sobre sus temores o sospechar. Respetar la privacidad es priomordial.
Si usted está en una relación en la cual ya tiene la seguridad de que le han sido infiel, y tiene evidencia como screenshots, recuerde que está violando la privacidad de su pareja y esta podría denunciarla. Por ello, es mejor hablarlo directamente con él o bien buscar un intermediario como lo es la ayuda profesional de un sicólogo.
Tome en cuenta que las personas al sentirse acorraladas por alguna falta pueden reaccionar de distintas maneras, entre ellas disculpándose, o bien agrediendo verbal o físicamente, no se exponga al peligro de una confrontación de esta magnitud.
Mejor prevenir
Antes de caer en la tristeza de lidiar con una infidelidad, se debe trabajar en fortalecer la relación. Por ello, ponga atención a las siguientes relaciones para mejorar la confianza con su pareja:
- Dialogar.
- Realizar actividades juntos.
- Tener una vida independiente a la relación de pareja, es decir salir con amigas y amigos.
- No limitar el uso de la tecnología de comunicación.
- Usar la tecnología de la comunicación abiertamente y sin esconder nada, es decir, no hablar por mensajes a escondidas.
- Cuando la conversación empieza a tornarse en coqueteo, es mejor detener el diálogo desde el inicio.
- No publicar los problemas de pareja en las redes sociales.
- Realizar una lista de temas acerca de los temas que se deben conversar de frente y no por medio de la tecnología de la comunicación.
- Eliminar de las redes sociales la información, fotografías, comentarios acerca de las relaciones anteriores.
- Marcar límites: no compartir las contraseñas de redes sociales, y aparatos de comunicación (celular y computadora).
- Si tiene sospechas del comportamiento de su pareja hable directamente con él o ella, y no busque información en la tecnología de comunicación, que puede ser desagradable para usted en encontrarla. Esto además podría provocar malas interpretaciones.
Fuente: Claudia Guillén, sicóloga (tel.: 8488-2649).