De un gusto adquirido desde niño por la película Piratas del Caribe y la necesidad de mantenerse siempre en movimiento, nació la pasión de Daniel Ojeda por la esgrima, una disciplina que hace poco tiempo desconocía, pero que ahora le permite competir contra adultos y derrotarlos.
Con apenas 13 años, Ojeda ganó un torneo nacional mayor de esgrima, en el que enfrentó a diez oponentes, todos mayores que él. Con 1,64 m de estatura, venció a atletas de hasta 1,80 m y con edades muy superiores a la suya.
En este torneo había deportistas de entre 20 y 30 años, a los que derrotó en su primera participación frente a competidores adultos.
Desde hace más de un año, Ojeda se consideraba preparado para enfrentar a adversarios mayores, pero no fue hasta este año cuando cumplió la edad necesaria para hacerlo. La Federación Internacional de Esgrima no autoriza que los esgrimistas menores de 13 años compitan en la categoría mayor.
Daniel conoció la esgrima a los 10 años. Su padre, Héctor Ojeda, lo llevó a jugar fútbol. Al poco tiempo comprendió que su hijo no mostraba la misma pasión que los otros niños; esto lo hizo buscar otras alternativas.
”Él veía a los demás niños correr detrás de la bola y me decía ‘¿para qué quiero correr detrás de una bola?’ Así fue como descubrimos que necesitaba un deporte singular”, explicó don Héctor.
En los meses siguientes se dispusieron a buscar una disciplina que le permitiera a Daniel desarrollarse. En una ocasión, uno de sus maestros, Daniel Montealegre, llevó a unos esgrimistas a la escuela y de inmediato comprendió que ahí estaba su vocación.
Llegó a su casa hablando sobre un deporte de espadas, en el que había que moverse de un lado a otro; en Piratas del Caribe miraba escenas similares y convenció a sus padres de llevarlo a entrenar; hasta la fecha lo sigue haciendo, todos los días, pero ahora con una convicción muy distinta: participar en unos Juegos Olímpicos.
Desde muy joven es invitado a entrenar con selecciones menores, en las que aprendió a competir contra rivales mayores y de más tamaño. En la esgrima, la altura es un factor importante, pues la distancia de un brazo permite tener más alcance para tocar al oponente con la espada y sumar puntos.
“Trato de equiparar con agilidad y técnica, porque en la fuerza no tengo las de ganar”, recalcó.
Ojeda fue subcampeón Panamericano Sub-10, campeón centroamericano Sub-12 y Sub-14.
El presidente de la Federación Costarricense de Esgrima, Luis Cruz, explica que el joven es considerado una de las principales promesas de la disciplina.
Cruz explicó que en otros países también se ha dado que atletas jóvenes compiten contra mayores, la diferencia es que en la mayoría de casos son muchachos muy desarrollados y de buena estatura. Daniel compite por su talento, no por su biotipo.
El padre del joven esgrimista tico agregó que, “no importa que se le ponga un tipo de 1,80 m, combate contra cualquiera, por la inteligencia de saber cómo defenderse ante oponentes mayores y de más tamaño”.