El 2020 cambió para todos. Los planes pasaron a ser eso, solo planes. Que lo diga la futbolista costarricense Raquel Rodríguez, quien inició este año dándole un giro a su carrera en Estados Unidos, pero la imaginó muy diferente.
Durante los primeros días de enero se anunció su llegada a los Thorns de Portland de la primera división de ese país, dando un salto cualitativo en su carrera.
Hoy Raquel sonríe cuando le consulto por esa sensación de jugar sin público. “Tendré que esperar, no sé hasta cuándo”, agrega.
Mientras tanto, la volante nacional toma con optimismo esta etapa. En julio participó en sus primeros partidos y la temporada tendrá la segunda etapa en setiembre. Ambas más cortas de lo habitual.
Dice estar agradecida por la posibilidad de jugar mientras otros deportes o ligas no lo pueden hacer. Pero para entrenar y competir ha tenido que someterse a estrictos lineamientos. En este momento ya perdió la cuenta de la cantidad de pruebas de covid-19 que le han realizado.
Vivió las vacaciones más atípicas de los últimos años, pero en medio de esta nueva realidad, se está cumpliendo así misma un sueño pendiente: aprender a tocar un instrumento musical.
“Honestamente, cuando yo pienso en la cuarentena y lo que me ha dejado, algo muy concreto es tocar el piano, tocar el teclado. Y creo que es digno de compartirlo porque me gusta muchísimo y es terapéutico también”, comenta.
Además de verlo como un hobby cuando las opciones para recrearse están limitadas, cree que le hace bien mentalmente y le permitirá ser más ágil, algo que espera ver reflejado en la cancha.
“Siento que de alguna forma mi agilidad mental se está estimulando y desarrollando y el fútbol es de mucho pensar, y en general creo que me puede ayudar en mucho en la vida”.
Anteriormente había intentado tocar la guitarra y la batería, pero fueron intentos fallidos.
“Es un instrumento que siempre me ha llamado la atención porque es muy emotivo, y lo que siempre he querido es poder expresarme a través de algún instrumento musical (...) como que todo se dio y hubo como un clic en mi cabeza, entonces dije, ’qué mejor momento que ahorita'. Ya era un plan, pero como que la cuarentena me lo puso en un plato y ya empiece”.
Rodríguez está segura que de no haber sido por la cuarentena, ese tipo de cosas no hubieran sucedido.
Tampoco hubiera sucedido esa sensación extraña cuando siente el hisopo ingresando en la nariz. Dice que tal vez le han hecho diez pruebas de covid-19, aunque no está segura.
Durante la Challenge Cup, celebrada en julio en Utah, le realizaron varios exámenes, después tuvo un periodo corto de días libres y cuando regresó a su equipo, la semana anterior, le hicieron otro. Ahora la periodicidad es de una prueba por semana hasta el regreso de la liga.
Tanto ella como sus compañeras deben reportar al club dónde han estado, con cuáles personas ha tenido contacto, entre otros detalles, aunque realmente la mayor parte del tiempo la ha pasado en su casa.
“Esto nos ayuda a mantenernos alertas y no aflojar la parte de protocolos, porque uno sabe que si le van a hacer exámenes, voy a tener que rendir cuentas, me explico, como que uno sabe que por el bien, no solamente de uno, sino también por el equipo, las compañeras y sus familias, de que no podemos aflojar. Hay que estar bastante alertas y no ser tan egoístas de que no es solo uno”, añadió.
La segunda parte de la temporada de la NWSL (National Women’s Soccer League) comenzará en setiembre, según anunció la liga este martes. Serán 18 partidos en siete semanas, con tres grupos de tres equipos. Los equipos dentro de cada llave jugarán entre sí para minimizar el contacto. El formato y el calendario aún no se anuncian.
Raquel afronta esta nueva oportunidad de mostrarse con Portland con el deseo de anotar, algo que no pudo en sus primeros partidos, hallar de mejor forma su función en el equipo, pero sobre todo, comentó, quiere seguir disfrutando el presente. Esa es otra sus enseñanzas en medio de una pandemia.
“A nivel futbolístico cada vez que voy a entrenar, me gusta trabajar de forma excelente, que es dar mi mejor esfuerzo, que se ve diferentes todos los días, tal vez un día todo me sale, pero otro tal vez no estoy al 100%. A nivel futbolístico siempre trato de superarme. Siempre me he planteado objetivos, pero por la cuarentena y por este año ser diferente lo que me he propuesto es disfrutar, disfrutar del día, ser intencional en ver las cosas bonitas que pasan en un día”.
“Tal vez suene muy mística o poética”, dice entre risas. “Pero realmente sí (enfocarse) en ver las cosas, a ver los atardeceres, a vacilar con las amigas que estoy en ese momento, a disfrutar de la comida, cuando practico el piano realmente estar presente, porque eso es lo que tenemos y si no somos intencionales en estos tiempos de encontrar las cosas lindas de la vida, es más fácil bajonearnos, porque a mí me ha pasado también y si sucede está bien, hay que darse ese tiempo y espacio para sentir, pero a nivel de metas personales, siento que es un tiempo de esperar, estoy dando lo mejor de mí en el día a día y eso es lo que hay”.