Quienes la vieron en torneos de liga menor y en los Juegos Deportivos Nacionales antes de la pandemia sabían que María Paula Arce Zúñiga tiene el talento necesario como para abrirse una carrera en el fútbol.
No pasó mucho tiempo y varios visores tenían en la mira a esa muchacha de Nicoya, que jugaba con la Asociación Deportiva Chorotega Femenino.
Actuaba en los campeonatos de la Unión Femenina de Fútbol (Uniffut) de las categorías U-13 y U-15; así como en el cantonal.
“El equipo de Nicoya ha llegado muy largo, hemos sido campeonas nacionales de U-15, hemos pasado Juegos Nacionales, entonces creo que el desempeño que hice en esos partidos en las finales creo que se ha visto, ha dado frutos y Merce (Mercedes Salas) me dio la oportunidad de venir aquí y aprovecharlo al máximo”, expresó Arce.
Cuenta que la posición donde se siente más cómoda es como extremo.
“Me encanta correr, centrar y dar buenos pases para gol”, citó la jovencita nicoyana, quien afirma sentirse muy agradecida con Alajuelense por abrirle las puertas.
“Es una gran oportunidad para mí, poder demostrar y espero darlo todo y aportar mucho. El equipo me acogió muy bien, son grandes personas y me he sentido bien, espero pronto poder debutar y estoy muy emocionada”, citó.
Para perseguir su sueño detrás del balón, ella tuvo que dejar su tierra y mudarse a Alajuela.
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“Vivo en Turrúcares. Desde que llegué llevo dos o tres meses de vivir aquí. Es una nueva experiencia, dejar a mi familia, a mis amigos en Nicoya fue difícil, pero son pasos que se tienen que tomar para crecer como persona y futbolísticamente”, indicó.
Cuando empezó a entrenarse con las leonas, Arce solo conocía a las tres jugadoras con las que había coincidido en selecciones menores: Alexandra Pinell, Samira Roper y Sianyf Agüero.
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“Somos las chiquillas de la Liga”, dice entre risas la jugadora que actuará con el dorsal 36.
Pero después de estos meses, afirma que se lleva bien con todas sus compañeras en la Liga y está muy contenta, porque ya está inscrita como parte del equipo de la Primera División de las rojinegras.
“La comunicación muy bien, son las que más me apoyan para seguir adelante, me corrigen para seguir mejorando”, apuntó, en alusión a las jugadoras más experimentadas del club.
Contó que en su casa la apoyan, pero siempre le dicen que debe llevar el estudio y el fútbol de la mano.
“Estoy a punto de graduarme, sigo en un colegio de Nicoya (Centro Educativo Prof. Saúl Cárdenas Cubillo). Me mantengo en clases 100% virtuales. Creo que es difícil entrenar y seguir académicamente, pero son cosas que se tienen que hacer, sacrificios, acostarse tarde para hacer tareas, estudiar para los exámenes y creo que voy muy bien académicamente”, relató.
Cuando se gradúe, quiere ingresar a la universidad, pero aún está pensando en cuál carrera elegirá, porque quiere que sea algo que de verdad le guste.
María Paula es la primera integrante de su familia que dio un paso más lejos en el balompié, aunque confiesa que la sangre futbolera corre por sus venas.
“En equipo profesionalmente no, pero mis tías sí juegan, mi hermano jugaba, mi papá era portero, entonces sí vengo de familia futbolera”, destacó.
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