La Fuerza Pública y la gerencia general del Estadio Nacional achacan a Cartaginés la culpa por los bochornosos actos ocurridos la tarde del domingo en el Coloso de La Sabana.
Según Édgar Barrantes, gerente general del reducto, los brumosos solo llevaron 111 efectivos de seguridad privada pese a que acordaron contratar 150; además, no vendieron entradas numeradas y permitieron el ingreso de la barra brava manuda (La Doce).
“No se respetaron los protocolos mínimos, hubo menos seguridad privada de la que estaba dispuesta en el plan y permitieron el ingreso de barras. La organización incumplió el contrato y nuestros reglamentos”, afirmó.
Idéntica opinión tuvo el director de la Fuerza Pública, Juan José Andrade, quien reconoció que hubo incapacidad para contener la trifulca en las graderías.
“Aquí los que fallaron fueron los organizadores y la seguridad privada, no pudieron contener a los revoltosos”, aseguró.
Jorge Ortega, gerente del Cartaginés, se negó a aceptar esa responsabilidad y afirmó que si hubo menos agentes es culpa de la empresa de seguridad Hevel, mientras que defendió que las entradas sí fueron numeradas.
“Los tiquetes se vendieron por internet y si hubo menos oficiales no fue culpa nuestra sino de la empresa. Además, en el plan estaba que debían haber 200 oficiales de Fuerza Pública adentro del estadio y no estaban, entonces es algo compartido”, dijo Ortega.
“El dispositivo de seguridad que se implementó para ese partido de las 4 p. m. fue el mismo del de las 11 a. m. (Saprissa-Santos), lo que cambió fue la organización”, respondió Andrade. Colaboró la Periodista Rocío Sandí.