Marco Madrigal se agrandó bajo los tres tubos y fue determinante en la victoria de San Carlos ante Alajuelense (2-1) en el Estadio Carlos Ugalde.
Los Toros del Norte iban arriba en el marcador desde el minuto 13 con un penal anotado por Álvaro Saborío y cuando Keylor Herrera sancionó una pena máxima, no tan clara, de Rudy Dawson sobre Allen Guevara, el arquero local sentía las vibras de que le ganaría el pulso a Jonathan McDonald.
No hacía falta que el delantero rojinegro tomara la pelota para ponerla en el manchón blanco.
Madrigal prácticamente no se pierde ningún juego de la Liga y él tenía muy claro que Mac es el primero en la fila de los erizos para cobrar penales.
Eso lo ayudaba a tener bien estudiado al atacante.
“El paso por Segunda me hizo bueno, quería subir otra vez y me sirvió para ver fútbol, siempre veía los partidos de Primera y a McDonald lo vi en los clásicos, cuando tiraba penales, ahora en la despedida de Pablo (Gabas) a Alfonso (Quesada) le tiró penal también y ya más o menos lo había visto”, relató el arquero.
Y agregó: “Desde que me puse en el marco me quedé parado, no le hice ningún gesto, lo aguanté y se dio la parada. Después quedó dividida, también fui y saqué la bola que creo que si no le meto el brazo, pues no hubiera servido de nada la parada. Estoy contento y agradecido porque dieron un gran esfuerzo”.
Madrigal confesó que en cuestión de segundos, por su mente pasaron muchas ideas y recuerdos de lo que tanto había visto por televisión.
“Desde que me paré en el marco pues me pasaron por la mente las jugadas de los penales de ellos y algo me dijo ‘va para la derecha, va para la derecha’ y bueno, lo esperé y al final me decidí y se dio la acción”.
Fue una noche buena en Ciudad Quesada para el guardameta, pero él le da méritos a todos sus compañeros, quienes se le pararon bien a la Liga.
“Creo que los méritos no son solo míos, si creo que aporté para que el equipo sacara los tres puntos, pero creo que desde hace tiempo no tenía un partido tan bonito como este, tuve bastante trabajo y estoy en toda la semana haciendo el máximo esfuerzo”, indicó.
“Figura, pues figura, no me siento como la figura, la verdad. Trabajo para ayudar al equipo, porque aunque paré el penal, si el otro compañero no mete los goles no pasa nada, entonces yo le doy el mérito al equipo. Los compañeros corrieron, yo estoy atento a parar todo lo que venga, pero ellos se esfuerzan, ellos corren y es un 50% y un 50%”, añadió.
En la zona mixta del remozado Estadio Carlos Ugalde, el arquero apuntó entre risas que se iba contento para la casa.
“Me voy contento, me voy feliz, creo que dí mi máximo esfuerzo y me voy pensando en la jugada del gol, hice a salir y al final pues me arrepentí y usted sabe que si uno duda, casi siempre termina en gol”, citó, en alusión al cabezazo con el que Barlon Sequeira descontó.
Y tenía que hablar de un hombre que no falla, de ese Saborío que en San Carlos recuperó la alegría por el fútbol que la había perdido cuando retornó al país, como él mismo lo ha dicho en múltiples ocasiones y que fue el autor de los dos tantos de los norteños ante Alajuelense.
“Tenemos un goleador que de verdad, todas las que les queden las va meter, tuvo un penal y la otra que le quedó y no falló. Es un goleador, está donde tiene que estar, se nos dio el gol y por dicha, porque Alajuelense nos estaba encimando. Con el gol se nos vinieron encima, pero respondimos bien con los dientes apretados atrás”, finalizó Madrigal.
La recompensa de San Carlos es verse hoy por hoy dentro de la zona de clasificación.