Eduardo Amaya y Gisselle Romero son dos caras de lo que Fundación Saprissa ha hecho en la vida de decenas de niños costarricenses, a quienes les ha logrado dar una mano para sobrellevar diferentes dificultades que puede tener la vida.
Eduardo, por ejemplo, quien lidió desde muy pequeño con la ausencia de su padre y algunas otras dificultades, ha encontrado un gran respaldo en una organización que tiene como objetivo utilizar el poder de la marca Saprissa para contribuir al bienestar y desarrollo de las familias costarricenses, especialmente la niñez y adolescencia, en zonas urbanas de riesgo social.
“Estamos muy agradecidos porque esto le ha ayudado a su crecimiento emocional y físico, además de aceptación porque en su niñez Eduardo tuvo inconvenientes familiares, y él a través del deporte se encontró con su identidad y se dio cuenta que la vida no era echarse a morir”, relató Juan Carlos Román, abuelo del niño.
Román explicó que el pequeño ha destacado hasta en la escuela.
“Eduardo ha visto frutos hasta en la parte académica, la verdad que para nosotros ha sido una gran bendición, porque él se ha convertido en un excelente estudiante. A nivel académico se le ve muy bien, es el mejor de su aula”, pronunció.
Eduardo por su parte aseguró que los trabajos de la fundación le permiten pensar en otras cosas.
“Me siento bien, me distraigo mucho. Ellos nos transmiten muchos valores, muchas cosas, después de los entrenamientos hacemos colectivos, las actividades son muy bonitas”, describió.
Una que recién ingresó en la dinámica fue Gisselle Romero, quien es una amante del deporte.
“Nos enseñan muchos valores. Me gusta mucho el fútbol, nos enseñan valores, somos de Tibás”, contó.
La tía de la joven, Keren Acuña, resaltó que gracias a Fundación Saprissa es que muchos niños y niñas han conseguido mantenerse lejos de los vicios.
“El cambio de ella ha sido bastante en el comportamiento, ya se porta mejor. Antes estaba muy inquieta. Ella recibe mucho apoyo y le encanta jugar fútbol. Esto ayuda a que no anden en las calles aprendiendo mañas o vicios”, finalizó.
La Fundación Saprissa celebró este viernes 10 años y en su programa Valores Saprissa tiene casi 400 niños en siete sedes.
“Durante 10 años hemos recibido más de 600 niños en Valores Saprissa, eso nos llena de mucho orgullo. Hemos recibido reconocimiento de Naciones Unidas por nuestra práctica. Además de Valores Saprissa tenemos el programa ‘La jugada de su vida’. Esto nos ha permitido alcanzar niñas para fomentar la equidad de género”, comunicó la directora ejecutiva de la Fundación, Fanny Villalobos.