“Empanadas, chicles, tamales”, era el llamado, casi grito de un niño que entraba a la adolescencia y descalzo recorría las calles para vender sus productos y ayudar con el sustento a su familia.
Era el día a día de Henry Duarte, quien a sus 15 años recorría las calles mientras sus sueños de ser alguien en la vida le rondaban la cabeza.
Casi 50 años después, el actual director deportivo de Puntarenas le confesó a La Nación sus luchas y la promesa a su madre que lo llevó a convertirse como él lo define, en un triunfador de la vida.
Henry recordó el pasado y contó pasajes de su niñez cuando se le consultó si no extraña volver a dirigir y su respuesta fue inmediata: “En la vida uno tiene que cumplir etapas y mi ciclo como entrenador ya pasó”, dijo Henry, quien posee un gran currículo como técnico, tras haber dirigido a 10 clubes en el país, dos en Guatemala, a la Selección Nacional y la selección de Nicaragua, a la que en dos ocasiones clasificó a la Copa Oro.
“En la vida logré las metas que me propuse, yo soy un triunfador, no de títulos, pero a nivel personal triunfé en la vida”, resaltó Henry, quien expresó que todo arrancó cuando decidió hacer un alto en su día a día, en la venta diaria de chicles o lo que pudiera vender.
“Fui un niño de la calle, a los 15 años anda descalzo vendiendo empanadas, tamales, chicles y lo que apareciera. Siempre me decía no voy a estar toda mi vida quemándome la espalda bajo el sol, me decía voy a ser un profesional y lo fui. Estudié en el extranjero, tengo la mayor acreditación como técnico y aclaro, acreditación, no formación. He dirigido en equipos de Primera División, gané no títulos, pero sí notoriedad como entrenador. Dirigí la selección me fue bien, dirigí selecciones menores y me fue bien y hoy en día tengo mis propios recursos”, destacó Duarte.
El entrenador se proclama ser un ganador, se visualizó llegar al fútbol, jugar en Primera División y hasta convertirse en técnico.
“Mi vida cambió enormemente, no soy lo que era antes. De niño cuando vendía en las calles, todo esto que soy hoy, lo que logré, todo lo soñé. Logré mis sueños, lo raro es que nunca soñé ser campeón, no estaba en mis metas. Ser alguien reconocido en el fútbol, trabajar internacionalmente, ser profesor universitario y jugar fútbol”, manifestó Henry.
Duarte, quien jugó en Primera División con Saprissa a los 19 años y tuvo la oportunidad de actuar en El Salvador con el Metapán, comparte su historia porque según comentó, ha visto muchos futbolistas con talento, quienes no luchan y no se esfuerzan por alcanzar una meta.
“He visto jugadores con talento que se burlaban del fútbol y les decía esto te puede mejorar la vida, te la puede cambiar y me molestaba que les daba igual. Eran figuras y no eran agradecidos y no daban un poco más para llegar a trascender. A mí el fútbol me dio la oportunidad de convertirme en profesional y a eso quiero llegar cuando le digo a esos jóvenes que el fútbol les puede cambiar la vida”.
Y a Henry le dio un cambio radical cuando optó por alejarse de las canchas para ingresar a las aulas universitarias en Alemania.
“Quería mis estudios académicos para traerle algo a mi madre. Fue una promesa que le hice a ella el día que salí de mi casa. Le dije, el día que vuelva a esta casa lo hago con un título profesional para que se sienta orgullosa. Le dije profesional y a los 21 años ya tenía ese título y sentí que le cumplí”, destacó Duarte.
Henry afirmó que recibió una beca para partir a Alemania y estando allá tuvo la oportunidad de jugar profesionalmente, pero pesó más la promesa de estudio que le hizo a su madre.
“Estuve en Alemania y no quise botar mi beca para optar por el profesionalismo en el fútbol alemán, lo deseché porque quería estudiar. Me equivoqué en mi vida, no lo niego. Tengo dos divorcios, mis hijas dejadas a un lado, estar en soledad, fuera del país, luchar, pero aquí estamos, estoy con vida y no me falta nada. Quizá con secuelas, enfermedades crónicas, pero ahí la llevamos. Soy muy agradecido de esto, de la vida, con Dios, con el fútbol”, destacó Henry Duarte, quien hace tres años, cuando dejó de ser el seleccionador de Nicaragua, recibió ofertas de selecciones del Caribe y equipos del país para sentarse en el banquillo.
Descarta dirigir
¿Por qué Henry Duarte manifestó que su ciclo como entrenador ya pasó?, según resaltó no desea meterle presión a su vida.
“Dirigir es una etapa que pasó, en la vida uno tiene que cumplir ciclos. Tengo 64 años, no soy un adulto mayor, pero soy muy maduro, mucho estrés y presión me causa efectos a nivel de salud”, dijo Henry, quien reconoció que cuando fue contratado en Puntarenas como director deportivo le dijeron que si era necesario lo utilizarían como entrenador, pero él se negó.
“En un momento a mí se me dijo, usted es el plan B y yo dije no, soy el director deportivo y seguiré ejerciendo ese puesto y de ahí podré ser dirigente, pero lo de entrenador es una etapa superada. Fue un momento lindo en mi vida que le doy gracias a Dios por haberla vivido, pero ya quedó atrás”.