Hace una década el portero Minor Álvarez abandonó el Deportivo Saprissa con un futuro incierto y un puñado de ilusiones que parecían hacerse añicos.
Apenas un año atrás, jugando para Juventud Escazuceña en la Liga de Ascenso, fue la gran figura de su equipo, no solo debajo del marco, sino también siendo decisivo en la series de lanzamientos de penal y anotando de tiro libre y penales, convirtiéndose en la revelación de su plantel, pero al final no lograron llegar a la Primera División al perder ante el Sporting.
Ahora su buen rendimiento le permitió ser el arquero estelar del Herediano, en las semifinales del Torneo de Clausura, ante el Santos de Guápiles y está a las puertas de jugar su primera final con los rojiamarillos, cuando se midan al Deportivo Saprissa en el partido de ida, este domingo 23 de mayo, a partir de las 9:30 p. m. en el estadio Ricardo Saprissa.
Pero el camino no fue sencillo para Álvarez, pues pese a que sus buenas actuaciones con Escazuceña presagiaron que tendría una nueva oportunidad en la máxima categoría, la sorpresa fue mayúscula cuando decidió fichar para Limón FC. Allí demostró su valía en el Apertura 2020, al convertirse en uno de los hombres más regulares y terminó jugando 11 partidos y 1.045 minutos.
El buen rendimiento no solo hicieron que el Herediano se fijará en él para la siguiente temporada, ante la salida de Esteban Alvarado, sino también el técnico de la Selección Nacional, Rónald González, su entrenador en el Mundial Sub-20 de Egipto 2009, donde fue suplente de Alvarado, lo llamó a la Sele para jugar dos partidos ante Panamá, en el Estadio Nacional, donde fue titular.
Álvarez, pese a que al principio no era el titular, en el cierre del campeonato se afianzó en la portería del Team, ganándole el pulso a Bryan Segura y siendo pieza clave para clasificar a la segunda ronda y de allí saltar a la final ante los morados.
Garantía. Minor, quien en los últimos cuatro partidos solo permitió una anotación, suma siete partidos en la temporada y apenas 671 minutos, pero a la hora buena le respondió al técnico Luis Antonio Marín, convirtiéndose en una garantía bajo los tres palos, al darle confianza y seguridad a su zona defensiva.
“El proyecto de Minor Álvarez comenzó hace dos años, mientras estaba en Sporting y después pasé a Escazuceña. Estaba en el fondo, en lo más hondo, tanto en lo personal, como profesionalmente hablando. Pero me propuse llegar a lo más alto que pudiera y un año después de disputar una final en la Segunda División hoy estoy a las puertas de una final de la Primera División, producto de mi esfuerzo, disciplina y el favor de Dios que es muy importante para mí”, exclamó Álvarez, tras concluir el partido ante los santistas.
Bajo su característica gorra, que lo acompaña en todos los partidos, el cuidapalos de 1,91 metros de estatura es claro que vive uno de sus mejores momentos, muy lejos de aquellos días en los cuales divagaba por diferentes equipos de la máxima categoría e incluso Guatemala, donde no encontraba la oportunidad de afianzarse como estelar.
“El jugar una final no se da todos los días. En el aspecto individual estoy muy contento, porque como dije, hace un año disputaba una final de la Liga de Ascenso y hoy estamos en la Primera División, con muchos objetivos por cumplir todavía. Es un primer paso, pero ha valido el sacrificio hasta ahora”, agregó Álvarez.
Minor explicó que la serie ante los morados no será tarea fácil, pues vienen motivados tras dejar afuera a Alajuelense, el mejor equipo de la primera fase del Clausura.
“Saprissa viene en alzada, es un equipo que respetamos, más después de lo que hizo y por ese mismo respeto que le tenemos vamos a ir a jugarle a su cancha de la mejor manera que podamos, porque el título está en juego. Es un gran reto, por lo que vamos a prepararnos y buscar la manera de imponernos”, dijo Álvarez.