Cuando a Juan Bautista Esquivel le hablan de fútbol, muchas veces es para hacerle comentarios referentes a la banda izquierda de Saprissa y la dificultad que ha encontrado el equipo para consolidar un lateral como él.
El exmorado, quien se retiró hace 14 años (2006) por un mal congénito cardíaco, recibe con agradecimiento las palabras de aficionados, satisfecho de haber dejado una marca.
Al mismo tiempo, también reconoce esa debilidad en la zaga morada. Después de su obligada salida del fútbol, otro nombre que se recuerda en su posición es el de Bryan Oviedo. Sin embargo, ni siquiera cumplió dos años con esa camiseta y se marchó al exterior.
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Después de ahí, ese puesto ha estado entre uno y otro jugador, ninguno con el protagonismo de los anteriores.
“Ha sido como que la gente ve muy inconstante, hablando específicamente de esa posición. Han pasado mucho jugadores, para mí con muchas condiciones, pero no se han podido consolidar, por uno u otro motivo. Puede ser el momento del equipo, que no tuvieron buen rendimiento en ese instante o les ha faltado algo. Consolidarse en Saprissa no es fácil”, analiza Esquivel.
La cantera se planteaba como la fuente para darle fin a ese problema y desde hace más de tres años apareció el nombre de Luis José Hernández.
Antes de debutar con Saprissa, el mundialista de Chile tomó ritmo en Grecia y convenció, pero su camino para seguir los pasos de Esquivel y Oviedo ha tenido altibajos. Pese a eso, actualmente destaca como uno de los hombres de confianza de Wálter Centeno, jugando en siete de los ocho compromisos morados.
Juan Bautista Esquivel considera que si bien el fútbol ha cambiado mucho y su posición es diferente a la de antes, hay algo que se mantiene igual: la experiencia.
Por eso considera fundamental “aprovecharse”, en el buen sentido de la palabra, de los hombres con mayor recorrido del equipo y así hallar la fórmula para un rendimiento más convincente.
Ese es su principal consejo para Hernández, quien luego de varios torneos busca ese espacio de indiscutible y chineado de la afición tibaseña.
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“Él es un jugador joven, la mentalidad es lo que cualquier persona tiene que fortalecer, tiene gente al lado de mucha experiencia, comenzando por Wálter. Entonces lo principal, creo yo, es analizar sus debilidades para corregir. Si no lo ha hecho, es bueno acercarse a personas de ese tipo para mejorar. Lo digo por experiencia propia; uno no puede dejar de lado la experiencia de otros y pedir un consejo”.
Esquivel es un morado más, normalmente está pendiente del equipo, aunque sin ser el típico fiebre que se sabe al dedillo la actualidad del fútbol nacional.
Lo cierto es que en estos años ha visto a Luis José y desde fuera percibe capacidad para ir creciendo en la S.
“Me parece un buen jugador. No sé si ha sido por presión, tal vez le ha costado manejar esa parte, porque tiene las condiciones para poder ser más constante en su rendimiento. No sé qué es lo que ha influido para que no haya podido mantener una constancia en su ritmo y nivel... que la gente vea un rendimiento más fuerte”, añadió.
Y cuando aparezcan las críticas de la afición, comenta, debe hacerse más fuerte, porque en un equipo como Saprissa esa presión puede ser determinante.
“Eso te fuerza como jugador, a ser más crítico con uno mismo. Lo que en algún momento te puede hacer marcar diferencia es sostener las críticas y exigencias de la afición. Lo primero es preocuparse por convencer al entrenador y ser indiscutible, pero después también es bonito que la afición te vea como parte de un emblema, parte de esos jugadores que dejan marca”, finalizó.