Celso Borges, el emperador de la Selección Nacional. Así se llama la segunda entrega del documental ‘Acceso Total’ de Repretel, bajo la dirección de Pablo Guzmán. El episodio muestra algunas cosas que casi nadie sabe sobre el ‘5′ de la Selección de Costa Rica y de Liga Deportiva Alajuelense.
Inclusive algunas anécdotas de su infancia y lo más impactante para él es que quien lleva el hilo conductor de su historia es doña Lina Mora, quien siempre había dicho que se mantendría al margen del fútbol, pero esta vez hizo la excepción a la regla.
Ella cuenta que tiene videos de Celso Borges pateando la bola con mantillas y, que desde entonces, Alexandre Guimaraes decía que lo hacía bien, como si la técnica la hubiese aprendido desde antes. Pero es que en realidad la lleva en la sangre.
La mamá del futbolista salió del anonimato en el que siempre se había mantenido y mostró a Celso con su primer uniforme del Saprissa.
“Nos puso locos con que se lo compráramos, hasta que lo logró”, recordó doña Lina, quien era la que lo llevaba a los entrenamientos de liga menor. Más adelante, en este segundo documental de ‘Acceso Total‘, ella también reflejó su emoción cuando supo que era un hecho que regresaba al fútbol nacional con Alajuelense.
La mamá de Celso relata que él tiene pocos amigos, pero que es entregado y feliz con ese pequeño grupo de personas y que es evidente a leguas que entre ellos el cariño es recíproco.
“Somos un grupo como de ocho personas. Cuando mis papás estaban acá ellos compraron la casa al mismo tiempo que muchas parejas jóvenes y todos tenían hijos de la misma edad. Yo era el menor y de ese grupo, por dicha nos hemos mantenido en contacto a través de los años y es un grupo sano y me ha ayudado a no perder de vista que soy uno más“, expresó Celso Borges.
De esa etapa tiene muy buenos recuerdos y lo que más le agrada es que cuando se vuelven a ver, todos siguen siendo los mismos.
El hermano del jugador, Mauro Borges, contó una anécdota de aquel entonces: “Se nos iba la bola a la casa de un vecino, o se nos iba casi a la pista y al que mandábamos siempre para recoger la bola era a Celso”.
Incluso le gustaba ser el encargado de ir en busca de ese esférico, porque era el primero en ofrecerse. Se metía a las casas, o se tiraba casi a la pista.
“Nosotros estábamos carajillos, no sabíamos cuál era el peligro de eso. El otro día nos estábamos acordando que se nos fue la bola y se manda Celso, está ahí agarrando la bola, en lo que nos damos cuenta que salió el vecino con una escopeta, porque pensó que se le estaban metiendo a la casa y donde vio un chiquillo de cinco años con una bola por dicha no hizo nada”, narró Mauro Borges, entre risas.
Aquel chiquillo que sus papás sabían que sí tenía con qué abrirse una carrera en el fútbol empezó a escribir su propia historia. Al principio era visto como el hijo de Alexandre Guimaraes, pero pronto logró que la gente lo identificara por lo que él es en sí.
De hecho, el propio Guima bromea con que los papeles terminaron a la inversa, porque ahora a él es quien miran como el papá de Celso.
“En alguna ocasión algún entrenador que tuvo en su niñez dijo que del equipo solo iban a pasar tres a Primera División y (Celso) se sorprendió que no dijera que él, porque tenía clarísimo que iba a ser jugador de Primera División”, destacó doña Lina.
Algo similar cuenta el técnico Manuel Gerardo Ureña, ex integrante del equipo de técnicos de selecciones menores en la Federación Costarricense de Fútbol, quien relató que al final de un reclutamiento de jugadores, Guima le peguntó si Celso había sido escogido.
“Le dije que en mi hoja sí, en la lista sí, no sé en la de los demás. Y efectivamente: en las de los demás no había quedado Celso y lo digo públicamente. Después se hacen unos partidos en Cartago y la Selección no funcionó”, señaló el Puro Ureña.
Descartado al inicio, a Celso le esperaba una gran carrera como un futbolista de tan buena técnica como intelecto, con cumbre en Brasil 2014. En ese mundial atrapó la atención no solo por su nivel en cancha, sino por aquella rueda de prensa en la que respondió en diferentes idiomas. Él habla español, portugués, inglés y un poco de noruego - sueco.
“Yo respondí de una manera normal y realmente respondí no con el diccionario, con lo básico. Yo creo que lo hacía bien, que podía responder de una manera buena”.
También explicó que con clubes ha vivido cosas muy especiales, pero que con la Selección de Costa Rica es totalmente diferente, porque involucra a todo el país.
Doña Lina detalló que Celso aún no tenía muy claro qué pasaría con su futuro y que cuando regresó al fútbol nacional fue a estar todos juntos otra vez.
“Disfruta el poder hacer cosas muy simples, como desayunar con nosotros, por ejemplo. O pasar en la tarde después de que viene de entrenar a saludar, cosas que teníamos, que es muy simple, que probablemente todos los hijos lo hagan, pero nosotros teníamos mucho tiempo de no disfrutar de eso”, apuntó la mamá del jugador.
Alexandre Guimaraes dijo que su hijo Celso siempre fue como es ahora, muy bromista, muy conversador, muy preocupado por los compañeros y extremadamente curioso, queriendo aprender mucho.
Y es que estaba destinado a tener éxito, según el técnico Giovanni Alfaro, quien siempre le vio capacidad, aunado a la inteligencia y su manera de ser.
”Creo que sobrepasó las expectativas. Tener tantos partidos con la Selección Mayor habla claramente de la consistencia de una carrera bien definida y lo ha hecho un jugador más completo, más preparado y hoy en día es una pieza clave de la Selección Nacional”, citó Giovanni Alfaro.
Algo que llena de orgullo a la familia Borges Mora es que en todos los Mundiales de Costa Rica siempre ha habido algún representante de la familia.
Alexandre Guimaraes acudió a Italia 90 como jugador; mientras que en Corea y Japón 2002 y en Alemania 2006 fue el seleccionador nacional.
Celso Borges jugó tanto en Brasil 2014 como en Rusia 2018 y está a pocos días de subirse al avión para Qatar 2022, como uno de los hombres que forman parte de la columna vertebral de Costa Rica. Por eso, es catalogado en ‘Acceso Total’ como el emperador de la Selección Nacional.
Y es también aquel chiquillo, que entró a una casa a recuperar un balón y fue sorprendido por un vecino con escopeta en mano. Realmente, quién soprendió a quién.