La primera decisión tomada por Alonso Martínez apenas se concretó su venta al Lommel S.K. de Bélgica fue cumplir su gran anhelo de darle a su mamá la casa de sus sueños.
Podría decirse que era un proyecto de vida, una aspiración que tenían todos los hijos de doña Flory Batista, pero que se tradujo en una realidad cuando el futbolista tomó la decisión de fichar con el City Football Group.
Él hacía planes, porque sus ilusiones no solo lo llevaban a la determinación de que quería triunfar y llegar muy lejos jugando fútbol. Desde hacía mucho tiempo él sabía que apenas se convirtiera en legionario su primera inversión no podía ser otra que esa casa para doña Flory.
Las cosas le salieron mejor de lo pensado. En los últimos meses, el futbolista pudo supervisar de cerca cómo marchaban las obras, al tiempo que su mamá estaba viviendo con él porque ella requería estar cerca de la Gran Área Metropolitana para unas citas médicas.
“Todo lo tenían en secreto, yo estaba en San José y ellos estaban aquí en Chira fabricando la casa y ellos no querían que regresara muy rápido para ver si la terminaban y cuando vine estaba casi lista. Le faltan unos detallitos, pero es una casa tan hermosa que me siento maravillada”, mencionó doña Flory Batista en charla con La Nación.
Cuando ella regresó a Chira no podía creer cómo estaba su hogar. Hicieron una cena y entre risas cuenta que lo molestaba diciéndole que cuál era el regalo que le quería dar y ahí fue donde le expresó que su obsequio era la casa de sus sueños.
“Me dijo que esta casa él me la regalaba por el esfuerzo, porque yo lo instruí por el camino de Dios y que él aprendió mucho, que hay que honrar al papá y a la mamá y para él era una gran cosa darme esta casa tan hermosa”.
Doña Flory recordó que eso no era una ocurrencia de momento, sino que es algo que él había pensado desde hacía mucho.
“Me había dicho que cuando pudiera me iba a hacer la casita más grande y yo le doy gracias a Dios, porque en medio de la situación que yo estoy pasando con mi salud, que los calores me afectan demasiado, esta casa me ayuda. Él me le puso aire y yo paso aquí metida todo el día”.
Con mucha emoción narra que aún falta poner las puertas de los cuartos, así como una del frente, que será de vidrio y que aún no las han llevado.
El futbolista ya está en Bélgica y este miércoles antes de irse a dormir se contactó con sus familiares mediante una llamada por video.
“La gente me pregunta que si estoy triste o afligida y no, para nada, me siento contentísima. Era una de las peticiones que yo le había pedido al Señor, que él alcanzara sus anhelos. Estoy agradecida con Dios porque Alonso está alcanzando sus sueños. En esa llamada nos enseñó el departamento donde está, grande, bonito, muy espacioso y nos sentimos contentos”, relató.
Eso sí, confiesa que el momento de la despedida fue bastante difícil, porque se mezcló la nostalgia y ese sentimiento de que se iba con la felicidad de verlo dar un paso más y alcanzar un sueño.
“Me siento contenta, Dios es bueno y sé que él está contento. Cuando me iban a poner la quimioterapia me dijeron que iba a ser fuerte, que me darían mareos, náuseas y varias cosas, pero nada me dio. No me ha golpeado y la mano de Dios está conmigo y con Alonso, con toda mi familia”.
Ella continúa con sus tratamientos, recuperándose, porque el próximo sueño familiar es que doña Flory se monte en un avión para que visite en Europa a su hijo menor.
Momentos inolvidables. Antes de que Albert Rudé comenzara trabajos al frente de Alajuelense, Alonso Martínez se dio una vuelta por la Isla de Chira para ver cómo avanzaba la remodelación total.
Lo acompañaron todos sus hermanos y para ellos fue impresionante estar ahí, en la casa en que se criaron, que medía 6 metros por 9 metros y que se demolió por completo.
Prácticamente todo se botó. Lo único que quedó fue el cimiento del piso, lo demás es todo nuevo y mucho más grande. A los Martínez Batista les gusta el vidrio y lo blanco, así que eso es lo que prevalece en esa casa que se remodeló, o mejor dicho, se reconstruyó.
“Era la misión de él, desde un principio. Era el sueño de todos, quizás, él con más visión y anhelo porque era el que estaba con mami, porque ya nosotros tenemos familia. Apenas sucedió todo esto que pasó, el hombre decidió invertir en la casa de mami, hacérsela nueva y ahí está”, mencionó Carlos Martínez, el hermano de Alonso que tiene una alta cuota de responsabilidad en que él se abriera camino en el fútbol.
De todos los hijos de doña Flory, Carlos es quien vive en la isla, pero también es quien entrenaba a Alonso en Chira FC, un detector e impulsor de talentos que sabía que su hermano tiene características muy distintas y una velocidad sobresaliente.
Fue a quien el futbolista le encomendó la misión de estar ahí en el día a día, mientras esa casa iba tomando más forma. Era el que coordinaba las lanchas para que esas vagonetas con materiales llegaran hasta el barrio Bocana.
“Mami tenía una casa normal, humilde y pequeña, con tres cuartos y ahí vivíamos todos cuando nos criamos. Ahora él la hizo casi tres veces más grande y es muy bonita”, relató el hermano de Alonso.
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Esa vez cuando se encontraron ahí, todos pusieron manos a la obra, porque eso es lo que Alonso quería, que fuera un obsequio de todos para su mamá.
“Hasta una piscina se está haciendo. Nos dijo que ese era el sueño de él y que no importaba lo que costara, pero que quería hacerlo como él quería y que mami estuviera en lo mejor”.
Dentro de las características diferentes destaca que toda la casa tiene aire acondicionado. Antes no había y la Isla de Chira es muy caliente. Solo ese detalle ya marca muchísima diferencia para que doña Flory esté más a gusto.
“El cuarto de mami lleva baño independiente y es grandísimo, con un closet y lo que él quiere es que ella pueda sentirse bien cómoda dentro de su habitación. Iban a ser cinco cuartos con el de mami, pero los planes cambiaron porque se agrandó el de ella”, describió Carlos.
Las otras habitaciones también son espaciosas, justo como lo añoraba Alonso.
“Una sala grandísima, él quería una mesa bien grande también, donde podamos sentarnos toda la familia y una cocina espaciosa para que cuando estemos todos, podamos cocinar en familia, donde quepamos todos”.
El hecho de ver a Alonso como legionario y esa casa nueva para doña Flory es doblemente significativo para Carlos, porque por un lado es el sueño familiar que se hace realidad.
Pero a la vez, el tiempo le dio la razón, porque siempre visualizó que Alonso tenía todo para ser un futbolista de corte internacional.
“De mi parte, era como el objetivo de luchar en aquel momento por un sueño de Alonso, que yo sabía que si él estaba bien, todos íbamos a estar bien. Él se fue para el fútbol de Europa y ahora vea la casa de mami. Es una satisfacción muy bonita”.
Ya en Bélgica, para Alonso Martínez resulta toda una ilusión pensar que cuando llegue a Costa Rica y vaya a la Isla de Chira, podrá ir a esa residencia grande, ideal para compartir junto a todos sus seres queridos. Y que su mamá hoy se siente muy a gusto, en la casa de sus sueños.