El 8 de mayo se cumple el primer año de gobierno del presidente Rodrigo Chaves Robles, momento propicio para algunas reflexiones en materia de salud pública durante su gestión.
La seguridad social, pilar de la protección en salud y pensiones, se encuentra gravemente herida a causa de la desatención de las normas y las formas, lo que deriva en decisiones que podrían beneficiar a algunos y no a la mayoría, contrario al discurso oficial. Nunca antes un gobierno había levantado una bandera de quiebra para empujar su agenda.
¿Cuál es la verdadera intención de no apegarse a la evidencia? ¿Aumentar desconfianza o incertidumbre? ¿Lesionar la reputación? ¿Guiñar el ojo a grupos interesados en seguros o prestadores de servicios privados? ¿Provocar caos o simplemente darse el lujo de hacerlo y con ello minar la confianza de los costarricenses en sus instituciones democráticas?
La Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) está integrada por nueve miembros, tres por cada uno de los sectores y ninguno tiene mayoría. Su composición obliga a la argumentación, discusión y análisis de cada decisión, es decir, a que todos, o bien la mayoría, estén conformes, anuentes y comprometidos con ellas.
Lamentablemente, en este primer año, el Ejecutivo rompió no solo el papel de los sectores, sino también el diálogo. En una democracia se espera y es deseable disentir, lo verdaderamente valioso del diálogo democrático es llegar a decisiones consensuadas.
En el caso de la CCSS, la búsqueda de mejores servicios, ampliación de coberturas, calidad y oportunidad deben ser la motivación, más allá de intereses particulares o sectoriales.
La situación que vivimos trae a mi memoria que, en política, tanto la toma de decisiones como la omisión tienen consecuencias; el silencio de las diversas rectorías institucionales, pero sobre todo de Salud, es realmente preocupante.
Lamentablemente, no se ha hecho oír su posición en defensa de la población y su derecho a la salud, y así deja en una especie de limbo su pertinencia y necesidad para proteger a todos los costarricenses. Con ello, desdibuja su responsabilidad.
Lo segundo a lo que me referiré es la sostenibilidad financiera de la CCSS, la cual no está en riesgo de quiebra, ni quebrada, como certifican las instancias directivas, gerenciales y contraloras que aprobaron los presupuestos institucionales.
No se documenta un déficit, más bien, se acumularon recursos para ser invertidos en infraestructura física y tecnológica y más personal, para con ello garantizar que los costarricenses cuentan con centros de atención cerca de sus casas o lugares de trabajo, que se atiendan las órdenes sanitarias, que la infraestructura responda a la legislación y las necesidades de las personas con discapacidad, que se asegure el acceso a internet, que las instalaciones sean dignas y ajustadas a las recomendaciones de seguridad integral para los trabajadores y cotizantes.
Me llama la atención la paralización del portafolio de inversiones y la desatención de los 340 Ebáis que debían construirse, cuyas beneficiarias serían las poblaciones más necesitadas. Una decisión de esa magnitud afecta, como mínimo, a 1,7 millones de costarricenses. Hoy, más que nunca, se requiere el pago de la deuda del Estado para el cierre de esa brecha.
El fortalecimiento de la Caja, su adaptación a los retos nacionales y globales, a la eficiencia, eficacia y transparencia es una tarea del día a día que precisa la participación de todos para hacer nuestra seguridad social más pertinente, viva y resiliente, y responder con oportunidad y dignidad a las exigencias actuales y futuras, pero, sobre todo, con el propósito de seguir colocando a las personas, familias y comunidades en el centro de su quehacer.
Pareciera que los perjuicios de la pandemia no son suficientes para mover ciertos sentires. Perdimos seres queridos y muchos de ellos fueron también trabajadores comprometidos, con la bata puesta, incluso en condiciones de mucha incertidumbre.
Durante 80 años construimos una seguridad social ejemplo internacional. Debemos estar atentos a las decisiones que van en contra del fortalecimiento de los servicios de salud.
Cuando veo esto recuerdo la lección que me dio el expresidente Dr. Abel Pacheco: en política no se miente ni se enmascara la verdad, ya que esta saldrá a flote más temprano que tarde y la sociedad hará su balance.
La autora fue ministra de Salud del 2002 al 2006 y presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social del 2014 al 2017.