Con gran interés, he leído comentarios de todo tipo acerca de la construcción de la nueva sede de la Asamblea Legislativa. Me llama poderosamente la atención la forma como algunos costarricenses perciben con desdén los proyectos de sus instituciones.
Han debido pasar 61 años para que el Congreso al fin deje atrás una infraestructura que no da más. A lo largo de todo este tiempo, se han alquilado y adquirido edificaciones no concebidas con la idea de funcionar como oficinas. Es así como se han utilizado apartamentos, colegios, universidades, casas, fortines, etc., menos el concepto de lo que debe ser un Parlamento. Pesan sobre los edificios legislativos incesantes órdenes sanitarias, estudios de vulnerabilidad y diseños inapropiados.
Quienes transitan por estos edificios pueden confirmar la condición deplorable en que se encuentran. El Parlamento es visitado diariamente por cientos de costarricenses, representantes de otras naciones, observadores internacionales, periodistas, estudiantes, turistas y una serie de personas que se irán, seguramente, con una descolorida imagen del lugar donde nace la democracia costarricense.
La obra pública no es cuestión de decir y hacer; es necesario someter los proyectos a un escrutinio transparente e intenso, y contar con una innumerable cantidad de permisos; se enfrentan retos muy difíciles de explicar en este espacio. Si pidiera a diez personas diseñar un edificio, sin duda tendríamos sobre la mesa más de diez opiniones diferentes. No olvidemos que el Parlamento es único en su género, no es un centro comercial que debe tener escaparates; por ende, la estética difiere de otras edificaciones y sus requerimientos son específicos. Lo que se pretende es que sea funcional, amigable con el ambiente y cumpla con los requerimientos de seguridad de una edificación moderna.
Mínima emisión de CO2. El diseño de la nueva sede optimiza el uso de vidrio para favorecer la demanda energética, disminuir las emisiones de CO2 y aumentar el confort térmico de los usuarios. Bajo el principio de transferencia térmica de masas, economizará energía de la misma forma como una casa colonial lo hace al tener paredes gruesas, techos de teja y patio central. Por ende, el uso de aires acondicionados será sustancialmente menor.
La crítica más incisiva al diseño del nuevo edificio, irónicamente, responde a una responsabilidad con el medioambiente y a procurar eficiencia en la demanda energética. La piel de concreto ha sido utilizada en el Colegio Federado de Ingenieros, el edificio principal de la Corte en San José, en el Museo del Jade, etc.
En relación con lo conceptual, el revestimiento de concreto representa la fortaleza de la democracia costarricense y, en el interior, el uso del vidrio por doquier simboliza la transparencia que debe imperar en todo Parlamento.
El diseño contempla que la sala de sesiones del plenario esté en el piso más bajo, al nivel de la calle, como símbolo de la democracia y de que los legisladores fueron elegidos por el pueblo y a ellos se deben, razón para entender que deben velar por los intereses de quienes votaron por ellos como acto primordial de su labor.
Nuevo concepto. El proyecto, desde su concepción, buscó aumentar el uso de materiales y sistemas constructivos verdes, así como el aprovechamiento del agua freática y pluvial y llevar a cabo una evaluación comparativa con edificios similares en climas semejantes en Estados Unidos.
Plantea, además, el potencial de energía renovable a través de incentivos nacionales e internacionales para garantizar la recuperación de la inversión y toma en cuenta criterios de referencia internacionales como las normas ISO sobre calidad y normativa de los requisitos para edificaciones sostenibles en el trópico (Reset), criterios de evaluación nacional Reset con niveles de referencia y zonificaciones para lograr un diseño bioclimático y carbono-neutral lo más sostenible posible.
El edificio ya recibió el premio Bandera Azul Ecológica como modelo de construcción sostenible. Quienes transiten por la plaza pública que se construye en calle 15 tendrán vista directa a las sesiones del plenario sin necesidad de ingresar.
Este edificio vendrá a darle continuidad al circuito cívico y armonía al conjunto arquitectónico público presente en esta parte de San José. Cada detalle ha pasado por un proceso minucioso de consenso y análisis de expertos en arquitectura e ingeniería.
Asuntos prioritarios. Winston Churchill dijo que construir puede ser tarea lenta y laboriosa de años, y destruir puede ser el acto irreflexivo de un solo día.
Más provechoso sería que se reflexione acerca de asuntos relevantes, que atiendan los intereses de la población, como el sistema de elección de los diputados, la reglamentación del régimen disciplinario, la carrera parlamentaria y muchos otros de interés nacional.
El aspecto del edificio no sustituye la necesidad de analizar tanta temática importante para el país. Nuestras energías deberían estar enfiladas hacia análisis que fortalezcan el sistema democrático.
El autor es director ejecutivo de la Asamblea Legislativa.