No disponemos de tiempo para lamentar los errores del pasado ni señalar culpables, solamente para repasar los motivos que nos trajeron hasta aquí. ¿Cuál es la enfermedad? ¿Cuáles los síntomas? ¿Cuál el remedio? Son las preguntas que debemos hacernos antes de tratar de vencer la enfermedad.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) fue fundada hace 73 años. Se rige por una ley vieja para tiempos modernos. Se le hicieron muchas reformas, es como la bicicleta modelo 49 cuyas llantas están llenas de parches. Este es el meollo del asunto.
Aunado a lo anterior, nadie se preocupa por hacer algo al respecto. Pasan y pasan los gobiernos, pasan y pasan los funcionarios y nunca hacen algo en lo que por lo menos se vislumbre que van a la vanguardia de la aviación mundial. Como consecuencia, la industria aeronáutica costarricense está en coma.
Las oportunidades para atraer inversión en campos tan variados como la enseñanza y la mecánica no faltan. El aeropuerto de Liberia podría convertirse en una terminal mundial de carga si tan solo cambiara la manera primitiva de pensar.
El aeropuerto de Limón era una alternativa para aviones imposibilitados de aterrizar en el Juan Santamaría por condiciones climáticas adversas. Limón, un lugar exótico y bello, no tiene terminal aérea en condiciones para recibir turismo. Increíble, ¿verdad?
Estos dos ejemplos son un barniz de las cosas que se deben arreglar, pero requiere cambios en la ley general de la DGAC y una nueva mentalidad. Si se asigna personal en puntos claves con ocho años o más al mando en puestos de relevancia y no se ven resultados, sabremos cuál es la enfermedad y la cura.
La DGAC debe ser un ente autónomo, nada nuevo. Lo sabemos. Pero si no se da este paso, cuando menos seamos más proactivos en la construcción de nuestro futuro.
El Aeropuerto Internacional Tobías Bolaños Palma, en Pavas, está también subutilizado debido a sus propias amarras. Es mucho lo que es posible realizar para salvarlo, pero en este caso también se necesita voluntad política. Hay espacio, incluso había un proyecto de ampliación que salió a licitación pública; sin embargo, aparentemente, el dinero se usó en otros fines. Es un aeropuerto internacional que no opera 24 horas.
El exministro de Hacienda y actual presidente de la República, Rodrigo Chaves, dice que la Administración Pública está tomada por mandos medios, pues la aviación no es la excepción. La Dirección General de Aviación Civil está tomada por los mandos medios y por los mandos bajos.
Los procesos son un calvario burocrático. Por ejemplo, tardan semanas, a veces más de un mes, en dar una reunión de fase 1, una simple reunión informativa para una certificación. Todo el proceso debería durar seis meses, mas nunca es así, y tampoco cumplen, lo cual causa pérdidas considerables a la aviación.
Estos son parte de los hechos que dan como resultado la falta de incentivos a la inversión nacional y la queja generalizada de empresas extranjeras que quieren operar en el país.
Es incomprensible por qué, si la legislación brinda la posibilidad de incentivar a una empresa, actúan en contra de las motivaciones establecidas en la Ley 5150. Parece increíble, pero es cierto. Y las razones esgrimidas son incomprensibles. Hasta aquí la enfermedad, los síntomas y las causas.
Hace un año un grupo de profesionales en el campo de la aviación confeccionó un documento que contempla estos males y sus posibles soluciones. Un documento que abarca la totalidad de los campos donde es posible cambiar o mejorar.
Los esfuerzos para hacer llegar los documentos al ministro de Obras Públicas han sido inútiles. Queremos que nos permitan ayudarles a sacar adelante la aviación. Necesitamos espacio para exponer nuestras inquietudes y el tiempo apremia.
El autor es presidente de la Asociación Costarricense de Aeronáutica (ACAR).