Para asistir a la sesión de la Junta Directiva del Wilson Center correspondiente a América Latina, de la cual formo parte, viajé la semana pasada a Estados Unidos, donde tuvimos múltiples reuniones con connotados expertos en los grandes asuntos que constituyen la agenda del Centro.
Con Laura Flores, directora de la División de las Américas del Departamento de Asuntos Políticos y de Operaciones en la Construcción de Paz, departimos sobre los retos de la región, entre los que destacan seguridad, populismo, desinformación y problemas de gobernanza, todos de gran impacto en Costa Rica.
Muy agradable fue conversar con nuestra exdefensora de los habitantes Montserrat Solano, a cargo del Cono Sur, zona muy relevante por lo que sucede en Ecuador y Argentina, y la próxima realización del G-20 en Brasil. ¡Qué orgullo para Costa Rica!
Otra mujer latinoamericana extraordinaria es Michelle Muschett, subsecretaria general de las Naciones Unidas, administradora auxiliar y directora de la Dirección Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, con quien, además de los temas antes mencionados, tratamos a fondo lo que está sucediendo en nuestro hermano país Haití, primera república negra y hoy con un gobierno fallido y los peores niveles de violencia en la región.
Visitar Nueva York y no hablar de otros problemas del hemisferio como lo son la migración y la seguridad es imposible, por lo que tuvimos la oportunidad de reunirnos con el alcalde neoyorquino, en una ciudad que semanalmente recibe, “gracias a la cortesía” del estado de Texas, entre 1.000 y 4.000 migrantes a los que debe atender y brindar oportunidades.
Sobresalen el compromiso y el trabajo de su equipo, quienes en los últimos dos años han recibido a 180.000 migrantes, de los cuales 36.000 son niños, a los que se les ha ubicado en el sistema educativo de la ciudad.
La mística y el amor por el trabajo se respiran en el más viejo de los edificios municipales de los Estados Unidos, cuyo contraste es la tecnología de avanzada con la que trabajan.
En una nota personal, comparto mi rutina de siempre: visitar en la ONU el salón de los ex secretarios generales, esperando que en la próxima elección, en el 2027, finalmente tengamos una mujer y, por el rol de rotación, sea latinoamericana.
La autora es politóloga, miembro del Advisory Board del Wilson Center en asuntos para América Latina.