De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, la cantidad de migrantes en el mundo ascendía a 281 millones en el 2020, lo que corresponde al 3,6 % del total global, de los cuales el 48 % eran mujeres, aproximadamente.
El Informe de migraciones en el mundo 2022 dice que hubo una leve baja por efecto de la pandemia, pese a la gran cantidad de restricciones a los viajes, especialmente en China.
La migración ha existido siempre, aunque quizás no en las proporciones actuales. La migración tradicional se da por asuntos laborales, principalmente, pero 7 millones sufren el desplazamiento a causa de catástrofes ocasionadas por las repercusiones del cambio climático o conflictos militares.
Por la forma como se reconfigura la demografía planetaria, la migración emerge como uno de los principales factores de variación en la humanidad, ya no solo por razones estrictamente laborales y para enviar remesas, sino también por preservación y equilibrio del Homo sapiens.
El potencial transformador de la migración es tal que gobiernos de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda restringieron el ingreso; sin embargo, paulatinamente, la evolución de la humanidad conduce a ceder en beneficio de la población migrante.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en el 2022, las remesas enviadas por los migrantes a su país de origen aumentaron un 5 %, menos que en el 2021, básicamente, por la situación financiera que atraviesa Estados Unidos como país de donde procede la mayor cantidad de remisiones.
Como dije anteriormente, empiezan a verse señales de que los flujos migratorios tienen y tendrán un papel fundamental para la preservación humana.
Del campo a la ciudad
No se debe entender la migración solo en su dimensión internacional, hay que prepararse para un repoblamiento interno de los países, que básicamente se trata de la migración del campo a las ciudades.
Esto lo explica el hecho de que el campo y sus actividades dejaron de ser prioridad en las expectativas de las nuevas generaciones y en la promoción del Estado, pero además factores como el cambio climático crean condiciones difíciles en el campo, el aumento de temperaturas, los patrones de precipitación inestables y difíciles de pronosticar, un desarraigo de las nuevas generaciones y la tecnificación agrícola y pecuaria de baja demanda en mano de obra.
Como plantea el Banco Mundial, la ciudad emerge como sinónimo de crecimiento económico, empleo, movilización social, avances tecnológicos, innovaciones, etc. Según esta misma fuente, el 80 % del PIB global se origina en las ciudades, y esto lleva a pronosticar que en el 2030 el 60 % de la población vivirá en ciudades de más de 500.000 habitantes.
Si agregamos a esta dinámica migratoria interna el efecto de los flujos internacionales, estaríamos visualizando una competencia fuerte por el espacio urbano y la dotación de servicios que requerirán estos conglomerados humanos, lo cual pondrá a prueba la capacidad de respuesta de los Estados.
Costa Rica, de conformidad con datos oficiales de la OIM, es el país de América Latina y el Caribe con la mayor cantidad de migrantes internacionales, proporcionalmente hablando, respecto al total de población, y ya figura en datos por desplazamientos forzosos a consecuencia de desastres naturales o afectaciones por el cambio climático.
Esta dinámica migratoria tendrá la fuerza para evidenciar aún más nuestro modelo centralista de planificación del desarrollo y nos obligará a un cambio en la forma de organizarnos y planificar. En este proceso, ya no solo será una presión sobre el Estado y la institucionalidad, sino también sobre los gobiernos locales.
Grandes núcleos de población implican mayor demanda por espacio y servicios, presión en el mercado de trabajo, riesgo por construir viviendas o el establecimiento clandestino en zonas peligrosas.
Derechos humanos
La dinámica migratoria es una alerta sobre la significación del reconocimiento de los derechos humanos a esta población. Al compartir el territorio costarricense, se vuelve sujeta de derechos ante un Estado comprometido con crear las condiciones necesarias para ello.
Como mencioné al principio, el acontecimiento migrante está causando otros efectos, por ejemplo, la diversidad cultural amplía las formas de expresión tradicionales, la formación de nuevas familias con integraciones de distintas naciones crea nuevos patrones, la llegada de migrantes jóvenes e infantes atenúa el comportamiento de la pirámide poblacional, lo cual puede ayudar a resolver el fenómeno del envejecimiento y la baja tasa de natalidad.
Este no debiera ser un tema menor en la agenda de política pública. Costa Rica debe anticiparse y establecer condiciones en todos los órdenes de la organización de la sociedad para garantizar los derechos a quienes comparten el territorio nacional.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) es un actor clave en la migración. El sistema educativo es especialmente sensible a la niñez migrante. Los niños y niñas llegan a las escuelas y deben comenzar a resolver los protocolos de vacunas o los ciclos educativos interrumpidos por el movimiento de las familias alrededor de fuentes estacionales de empleo, como la zafra o las cosechas de café.
El MEP lleva a cabo un gran esfuerzo y podría decirse que también la CCSS y el IMAS; sin embargo, es una situación que requiere la participación de la totalidad del Estado y su institucionalidad.
El autor es doctor en Gobierno y Políticas Públicas.