Columnistas

Convivencia democrática en un mundo hiperconectado

Las personas y naciones no debemos resignarnos a ser espectadoras y, menos aún, fichas instrumentales del ajedrez tecnológico cambiante, invasivo y multidireccional

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Desde los inicios de la historia, la especie humana ha estado interconectada. Originalmente, nuestras redes eran inmediatas, determinadas por vínculos sanguíneos y la proximidad física y geográfica. A partir de la creación de la internet, la conectividad se aceleró e intensificó hasta llegar al mundo globalizado e hiperconectado de hoy. Y aunque no todas las personas del mundo están conectadas, todas se ven afectadas por las redes globales.








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