Costa Rica no merece ni un conflicto político-religioso, ni una confrontación político-filosófica mediocre. Necesitamos concentrarnos en valores e ideales comunes, no en eslóganes populistas
Costa Rica no merece ni un conflicto político-religioso, ni una confrontación político-filosófica mediocre. Necesitamos concentrarnos en valores e ideales comunes, no en eslóganes populistas